Cautela, preocupación y advertencias
La lista de políticos difundida ayer por el diario Estado de São Paulo, de supuestos “beneficiarios” de las coimas en Petrobras, es apenas una muestra. La nómina, que incluye encumbrados nombres de todo el espectro político, proviene apenas de uno de los ex gerentes de la petrolera estatal, Roberto Costa, quien se acogió a la “delación premiada” porque no quería eternizarse en la cárcel. Tanta fue su desesperación que el ex directivo ofreció devolver a la empresa US$ 23 millones de dólares.
Costa había dicho que eran entre 35 y 40 los involucrados. Pero la prensa dio a conocer sólo 28. Faltan los que deben surgir de otros reos, como el cambista Alberto Youssef cuyo testimonio fue ayer homologado por la Corte Suprema. Diputados, senadores, un gobernador electo y ex gobernadores, integran la nómina de presuntos culpables. Y pertenecen a los más diversos partidos, desde la derecha como el Parti- do Progresista (PP), pasando por la centro derecha como el PMDB y el PSDB (este en la oposición) hasta la izquierda “light” como el PSB y el PT. Del socialismo aparece su ex titular, Eduardo Campos, el político pernambucano muerto en el accidente aéreo de agosto último. Del PT hay figuras relevantes como el médico Antonio Palocci. Figura también otra ex ministra de Rousseff: Gleisi Hoffmann, una abogada paranaense que disputó el gobierno de su estado provincial sin conseguir pasar a la segunda vuelta.
Quienes fueron “reconfirmados” como sospechosos son dos “figuras señeras”, los lideres de las dos cámaras del legislativo. Su sola mención aceleró la controversia en el Congreso y especialmente en la oposición. Esta había logrado alistarse detrás del legislador que pugna por ser el próximo titular de la Cámara Baja, Eduardo Cunha. Pero la mención de sus compañeros de partido, el PMDB (vertiente de centro derecha que nutre la alianza oficialista) produjo un cimbronazo. Esos hombres “están citados allí fuera de contexto” bramó el dirigente “pemedebista”. E insistió: “Es preciso mostrar el contexto. Si es apenas una citación o una acusación. Porque hay que dar derecho a la defensa”.
Desde la oposición también hu- bo voces que reclamaron cautela. Es el caso del líder socialdemócrata en el Senado, Aloysio Nunes Ferreira (SP). Menos talibán que Aécio Neves, el candidato derrotado por Rousseff, señaló: “Por ahora, es sólo un trascendido. Hay que conocer todo el tenor de la delación”. Y agregó para cumplir con el script que despliega el principal partido opositor: “Si fuera confirmado, es un caso gravísimo”. No dejan de ser las cautelosas apreciaciones del diputado Antonio Imbassahy (BA). Pidió “esperar a la presentación de los documentos“que están en manos del procurador de la República Rodrigo Janot. ¿Por qué tan comedidos? La explicación la dio otro parlamentario de derecha, del Partido Demócrata más conocido por su sigla DEM. Admitió que habrá “un desgaste de la imagen del Congreso y provocará crisis en el nuevo parlamento que asume en febrero”.