Turquía profundiza su ofensiva contra medios opositores
Detienen al presidente de la principal cadena de TV y ordenan la captura de un líder religioso exiliado.
La Justicia turca dictó ayer la prisión preventiva por “terrorismo” contra el presidente de la principal cadena de televisión y contra otras tres personas, en el marco de la ofensiva que lleva adelante el presidente Recep Tayyip Erdogan contra periodistas de medios opositores.
Al mismo tiempo el gobierno turco pidió la captura internacio- nal del influyente imán Fethullah Gülen, también acusado de dirigir una organización terrorista. El líder religioso tiene 73 años y se encuentra exiliado en Estados Unidos. Gülen huyó en 1999 de Turquía, después de mantener un duro enfrentamiento político con Erdogan. El mandatario turco acusa al imán de estar detrás de un intento de derrocamiento.
En el último mes la justicia turca, bajo influencia del gobierno, detu- vo y le inició proceso a una treintena de periodistas, guionistas y directores vinculados a medios del imán Gülen. Sin pruebas concretas tuvo que dejar en libertad a 26 de ellos. Pero ayer le tocó el turno al presidente de Samanyolu Media Group, Hidayet Karaca. Se trata de una de las más importantes cadenas de televisión. También cayeron tres policías vinculados al caso.
La ola de detenciones y procesos judiciales es vista en Turquía y en el exterior como un giro autoritario de Erdogan y un atentado contra la libertad de expresión. La Unión Europea y Estados Unidos criticaron severamente la situación, al considerar que se trata de un ataque contra el periodismo independiente.
Este viernes quedó en libertad Ekrem Dumanli, director del diario “Zaman”, del mismo grupo mediático de Gülen. A su salida del palacio de Justicia, frente al cual lo esperaban numerosos simpatizantes, Dumanli criticó duramente al poder. “Humillaron a Turquía ante los ojos de la comunidad internacional. Turquía está seriamente herida”, dijo.
Los ataques del presidente contra Gülen y los medios opositores comenzaron a fines del año pasado y principios del actual, con una investigación sobre actos de corrupción por parte de Erdogan y su entorno. Inclusive en las maniobras se había visto envuelto uno de sus hijos.
En una poderosa exhibición de fuerza, Erdogan consiguió poner freno a esa investigación despla- zando a un buen número de jueces y despidiendo a cerca de cinco mil policías a los que acusaba de filtrar información a la prensa. Al mismo tiempo impuso leyes que reforzaron el control del Estado sobre el poder judicial y sobre Internet.
Frente al endurecimiento del poder turco, numerosos intelectuales opositores comparan a Erdogan con el presidente ruso, Vladimir Putin. Por otro lado, las críticas de la Unión Europea (UE) tuvieron poco efecto en la práctica, aunque terminaron provocando un congelamiento de las relaciones entre Ankara y el bloque europeo.
Erdogan contraatacó con especial virulencia, al instar a Europa a “ocuparse de sus asuntos”. “La UE no tiene que darnos lecciones de democracia”, afirmó.
De hecho, Erdogan, quien creó a lo largo de los años sus propios medios, atacó abiertamente a la prensa independiente durante su gestión. En 2012 el país contaba con el récord de 76 periodistas encarcelados. Cifra que fue superada holgadamente este año.