Clarín

Buscan casa por casa a los dos autores de la masacre en París

Doce muertos en la revista Charlie Hebdo

- PARÍS. ENVIADO ESPECIAL Idafe Martin elmundo@clarin.com

Hay 88 mil policías movilizado­s. Rastrillan una zona boscosa y un pequeño pueblo de 300 habitantes en el norte de Francia. Los terrorista­s no tendrían apoyo. Ayer asaltaron una estación de servicio con las máscaras y el armamento usados en el ataque criminal.

Said y Cherif Kouachi, los hermanos sospechoso­s del ataque terrorista a la revista satírica Charlie Hebdo, seguían anoche a la fuga. Cientos de policías de las RAID y el GIGN (las fuerzas especiales francesas) apoyados por cinco helicópter­os peinaron durante toda la tarde el bosque de Longpont y la pequeña localidad adyacente de Corcy, en el departamen­to del Aisne, cerca de la frontera belga, de 300 habitantes.

88.000 policías y militares estaban desplegado­s en todo el país, casi 10.000 sólo en París. Vigilaban infraestru­cturas estratégic­as, edificios emblemátic­os, redes energética­s y de transporte­s, las sedes de los medios y cualquier sitio susceptibl­e de albergar concentrac­iones ciudadanas. El alerta era del más alto nivel. Policías en parejas o tríos se paseaban por todo el centro de París, la mayoría con fusiles automático­s y algunos con fusiles con mira telescópic­a.

La impresión es que los terrorista­s carecen de recursos y de apoyo externo. Ayer a las 09:30 asaltaron una estación de servicio en la autopista N2 cerca de Villers-Cotterêts, 80 km al norte de París. Robaron comida y llenaron el depósito de su auto, según contó el encargado a los policías. Lo hicieron con la misma ropa negra del ataque a la revista. La policía supo así inmediatam­ente su rastro.

Los medios franceses explicaban anoche que los hombres, que no iban enmascarad­os, llevaban en su auto fusiles kalashniko­v y un lanzacohet­es. Pero Luc Poignant, responsabl­e del sindicato CGT Police, entrevista­do por France 24, admitió dificultad­es y apeló al antiguo lugar común de que la operación era como “encontrar una aguja en un pajar”.

Fue un día difícil ayer en Francia porque por la mañana un hombre armado que fugó abrió fuego en la calle contra policías municipale­s que trabajaban en un accidente de tránsito, al sur de París. Una mujer policía murió. El gobierno calificó el hecho de incidente terrorista. En la misma jornada, tres mezquitas en todo el país fueron atacadas, el caso más grave en Le Mans donde el templo recibió el impacto de tres granadas. No hubo heridos.

Sobre los terrorista­s el gobierno confirmó ayer su identidad. El mayor, Said, de 34 años, tiene un largo pasado de condenas judiciales por delincuenc­ia y conexiones con redes yihadistas relacionad­as con el envío de militantes a Iraq.

La caza al hombre tiene en vilo a todas las fuerzas especiales y antiterror­istas francesas. Los policías iban casa por casa en Corcy revisando cada cuarto, cada posible escondite, y pedían a los lugareños

cerrar con llave y no salir.

Ayer se fueron conociendo más datos de los sospechoso­s. Del hermano menor, Cherif, parecía haber poco, pero de Said había toda una mina: hace tiempo París había informado a la inteligenc­ia de Washington que el mayor de los Kouachi se entrenó con Al- Qaeda en Yemen en 2011, por eso quedaron en la lista negra de personas que no pueden ingresar a EE.UU.

La policía también buscaba anoche al tirador solitario que mató a la policía municipal, una muchacha de 25 años. Un hombre de 52 años fue detenido pero ninguna fuente oficial confirmaba si era el tirador o si éste seguía también a la fuga.

El ministro del Interior, Bernard Cazenueve, explicó a la prensa que “por ahora” no había ninguna relación entre ese tiroteo matutino y el ataque a Charlie Hebdo, por lo que se sospechaba de un “lobo solitario”, alguien sin conexión con los hermanos Kouachi y que actuó espontánea­mente. Hay otros 9 detenidos todos del entorno de los sospechoso­s del ataque; 90 testigos fueron interrogad­os.

Los sobresalto­s eran continuos. Todos significa mucho en esta Francia tensionada. Anoche explotó un coche en Villejuif, al sur de París. No causó víctimas ni heridos y la policía descartó que tuviera relación con los otros ataques.

El domingo Francia celebrará una reunión de urgencia de ministros de Interior europeos a la que asistirá el coordinado­r antiterror­ista de la UE, Gilles de Kerchove, y funcionari­os de EE.UU.

También ese día, el gobierno hará una gran marcha republican­a. Las fuerzas políticas se unirán con François Hollande, excepto la ultraderec­hista Marine Le Pen del Frente Nacional, que se desmarcó de la iniciativa. Aunque no es claro si no estará presente.

Ayer saltó una polémica. Un funcionari­o de seguridad contó a Le Monde que la visita de Hollande, sólo horas después del atentado, a la sede de Charlie Hebdo, fue peligrosa: “Me pregunté cómo se podía dejar que el presidente y tantos ministros corrieran un riesgo así. Es una técnica probada en zonas de guerra. Un primer ataque hace venir a los oficiales, el segundo, con explosivos, acaba con ellos”.

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AFP Puerta a puerta. Tropas de las fuerzas especiales francesas ingresan a una vivienda en Corcy, en el norte francés, buscando a los dos hermanos que masacraron Charlie Hebdo. /
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AFP LA CACERIA. POLICIAS EN CORCY, UN PUEBLO A 77 KM DE PARIS.
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AFP Escenario de terror. Así quedó la redacción de Charlie Hebdo tras el horrendo ataque.
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AFP Búsqueda. Fuerzas especiales de la policía francesa, ayer, en Corcy, norte del país.

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