Adiós a la punta
español Carlos Sainz, una de las estrellas, quedó fuera de carrera tras un accidente. Gran tarea del argentino Spataro, que llegó 11°.
El miércoles se cruzó con una piedra en el camino de su Mini y se retrasó mucho. Llegó al vivac de madrugada y ayer escaló hasta ubicarse 10° en la etapa y 37° en la general. Pero con este resultado quedó fuera de la pelea por el cetro de campeón.
“El Dakar no perdona”, decía Carlos Sainz en la previa del Dakar preocupado por la escasa cantidad de pruebas del Peugeot 2008 que junto a los franceses Peterhansel y Despres el equipo galo estrenó en esta edición. Es cierto. Y no sólo no perdona sino que muchas veces traiciona, como traicionó esa piedra el andar del Peugeot en el kilómetro 438, apenas unos veinte antes de la llegada en Antofagasta. Fue un golpe fuerte mientras el español marchaba a fondo entre una nube de tierra. Tan duro y espectacular que el auto dio varias vueltas antes de detenerse muy golpeado.
“Venía en la tierra de un cuatriciclo y de pronto me encontré con una gran piedra. El auto empezó a dar vueltas, creo que unas cinco, pero por suerte estoy bien como también lo está mi navegante Lucas Cruz”, le contó Sainz a Clarín en plena caminata en el campamento rumbo al box del equipo. Habló con tranquilidad, pero sin superar del todo el difícil momento. Segundos después, y ya en confianza con su gente, descargó su bronca con un “todo por venir en el puto polvo del gilipollas (tonto) ese...”.
Obviamente este accidente puso fin a la participación del español en este Dakar donde vivió diversas sensaciones. Atropelló a un motociclista en la segunda etapa y al día siguiente escaló al cuarto puesto antes de que, en la jornada que terminó en Copiapó, lo retrasase un problema en el turbo. A los 52 años y con dos títulos mundiales de rally, Sainz encaraba sobre un Peugeot de tracción simple su octavo Dakar, que lo vio ganador en 2010 sobre un VW Touareg. El de ayer no fue el primer vuelco importante que Sainz tiene en el Dakar sudamericano. Protagonizó uno fuerte en el 2009: cayó de una gran duna y salió ileso. “El Dakar es un reto peligroso, pero atrapante. Uno dice siempre que el Dakar que corre es el último, pero se acerca la fecha y lo empieza a ganar la ansiedad por correrlo...”, reconoció antes de la largada. ¿Qué pensará ahora?
Fue un poco mas benévola la otra piedra que el miércoles se cruzó en el camino del Mini de Orly Terra- nova. Lo retrasó mucho (llegó a la una de la mañana del miércoles) pero le permitió seguir ayer y escalar hasta ubicarse décimo en la etapa. Un satisfaccion sólo parcial porque el puesto 37 en la general lo deja fuera de toda pretensión. Pero los mejores aplausos para un argentino se los llevó Emiliano Spataro, que con la Duster quedó 11° en la etapa tras pasar segundo en algunos controles. Igual sufrio con una piedra que le rompió una rueda trasera.
Inalcanzable adelante, el qatarí Nasser Al-Attiyah siguió controlando la carrera pese a pinchar una goma y por eso dejó la victoria parcial para el ruso Vasilyev. Nada parece detenerlo. Salvo que aparezca otra piedra traicionera.