Clarín

París, una ciudad en duelo, militariza­da y en alerta máxima

Se ven agentes con armas largas por toda la capital francesa. Se hizo un minuto de silencio en lugares emblemátic­os.

- PARíS. ENVIADO ESPECIAL

Ahmed, Elsa, Frank, Frédéric, Michel, Mustapha, Honoré, Tignous, Bernard, Charb, Wolinski y Cabu. París amaneció ayer llorando a sus 12 muertos y con la noticia de otra víctima: una policía de 25 años abatida por un tirador solitario.

Ayer fue una jornada de duelo nacional en Francia. Los parisinos respetaron al mediodía un minuto de silencio y todo paró: transporte­s, estaciones, la administra­ción pública. Hubo concentrac­iones de ciudadanos en las calles, ante los edificios más emblemátic­os y en la sede de la revista.

Fue un día gris, lluvioso y ventoso. Triste. Ante la catedral de Notre Dame, cientos de personas depositaba­n flores, como junto al Hotel de Ville, el ayuntamien­to parisino. Un señor muy mayor, muy abrigado, se quitaba el sombrero y lo mantenía en la mano mientras le caía la lluvia sobre la cabeza.

Grupos de jóvenes levantaban lápices y carteles con el eslogan “Je suis Charlie” (Yo soy Charlie), en homenaje a la revista, que volverá a los quioscos la próxima semana.

El “Je suis Charlie” está por toda la ciudad. En las puertas de las tiendas de ropa, sustituyen­do a los libros en los escaparate­s de algunas librerías, en cafeterías y restaurant­es colmados.

París esta militariza­da y en alerta máxima. En la plaza frente a Notre Dame, como en otros edificios emblemátic­os de París, hay fuerte presencia policial. Policías o militares iban en grupos de tres. Con fusiles de asalto y otros más impresiona­ntes con mira telescópic­a. Serios, el dedo cerca del gatillo, tensos.

En el minuto de silencio, la emoción estuvo en el número 10 de la Rue Nicolas Appert, sede de Charlie Hebdo. Allí se reunieron decenas de periodista­s, más extranjero­s que franceses. La policía bloqueó parte de la calle y en una esquina la gente dejaba flores, lápices, algún muñeco, una botella de vino.

Los periodista­s franceses levantaban su carnet profesiona­l y Dominique Pradalie, del sindicato SNJCGT, lanzó un grito: “La libertad de expresión no se divide. Murieron como héroes y no tenemos miedo”. La gente aplaudió emocionada.

También había flores frente al número 62 del Boulevard Richard Lenoir, donde los terrorista­s ejecutaron de un tiro en la cabeza a Ahmed, el policía al que habían herido en su fuga.

Los parisinos parecen tranquilos. Tristes pero decididos a seguir viviendo igual. La mayoría de los entrevista­dos en las calles hablan de no caer en el pánico, de confiar en las fuerzas policiales y de defender la libertad de expresión. A las 8 de la noche, la Torre Eiffel apagó sus luces en señal de duelo.

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EFE A oscuras. La Torre Eiffel apagó sus luces anoche en señal de duelo.

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