En Mar del Plata los hipsters se adueñaron de las playas de moda
Se ven barbas tupidas, chicas con flores estampadas en la bikini, sandalias de cuero y aperitivo en mano.
Sobre la arena avanzan barbas tupidas, shorts de baño cortos, en colores flúo y anteojos espejados. Las chicas van con bikinis estridentes, que combinan con vestidos estam- pados con flores. Se toman tragos de inspiración tropical, como la caipirinha, que ahora se combina con frutillas, mango o frutos rojos. Pero la mayor novedad es que, de la mano de los hipsters (como se denomina a los seguidores de esta tendencia), los aperitivos llegaron a las playas top del Sur, en Mar del Plata. Cada cóctel sale entre 50 y 80 pesos, según el lugar, y se puede pedir desde Campari con naranja hasta tragos más elaborados, como Rosemary.
En uno de los balnearios exclusivos, Abracadabra, los chicos y las chicas no tienen problemas para gastar. Los anteojos espejados de moda (con cristales en azul, rojo o naranja) parten de los $ 900, según los precios que se ven en la calle Güemes. Los más top tienen marco de bambú y trepan hasta los $ 1.400. Los short de marca, en colores como el fucsia o verde claro, no se consiguen por menos de $350. La ojotas, vistosas y lejanas a las económicas que se venden en la Peatonal San Marín. Así, la ropa de playa puede requerir un presupuesto de $ 2.000. El contraste con la moda de las playas céntricas se nota. Entre bikini, pañuelos y sandalias sofisticadas, con colores fuertes y rayas, el costo femenino para “estar bien” también está en plena inflación.
“Los chicos eligen las bebidas que tienen que ver con lo caribeño, que es algo típico del verano. Como segunda opción, crece el aperitivo”, explica Gastón Mato, master barman de las barras en Destino Arena. Allí, se ofrecen aperitivos de autor, como el “Aperol ruleta”, con pepino macerado, gin, gaseosa de pomelo y aperol. En la ex balneario Arena Beach, los tragos se consiguen a $ 50.
Dos cuerpos predominan en la arena de la Costa sur marplatense. Los delgados de orientación hipster y los trabajados en el gimnasio, de músculos. El almuerzo, puede incluir desde frutas tropicales hasta ensaladas. Porque la moderación es parte de la tendencia.
No hay espacio para ritmos populares. Sólo música electrónica. House y techouse. En ese clima, en Destino Arena, ayer sonó el Festival Quinto Sol. El número principal fue Luciano, un DJ que nació en Suiza, creció en Chile y está de moda en Ibiza. ¿Su particularidad? Le suma sonidos de la música latina al bum bum bum electrónico. Punchi punchi con con konga y tamboreo sudamericano. También estuvieron los DJ Felipe Valenzuela, Franco Cinelli y Gulp.
La gente preocupada por la tendencia, deliró. El festival se transformó en un boliche a cielo abierto en el que se bailó en la arena hasta la medianoche. El quiebre de cintura y de rodillas, con las manitos en alto apuntando al DJ, le dieron euforia controlada al atardecer frente al mar.