Clarín

La condición esencial de la clase media

- Guillermo Oliveto Consultora W

Alos argentinos no les da lo mismo poder comprar sus marcas favoritas de gaseosas, galletitas o fideos que no hacerlo. En nuestro país, cuando la gente puede consumir, hay otro aire. La sociedad vive a corto plazo. Su estado de ánimo es volátil y la tradiciona­l condición ciclotímic­a de nuestro carácter colectivo se acrecentó. Buena parte de esos cambios de humor pueden explicarse en la dinámica del consumo y en la condición de pertenenci­a a la cla

se media como lógica transversa­l. Si bien el 48% de la población puede definirse técnicamen­te de clase media, el 81% se percibe a sí misma como tal. Hay historia de clase media. Memoria de un estilo de vida que construye buena parte de la argentinid­ad. Ser

de clase media significa ser. Y las primeras marcas son sus mejores voceros: soy en función de lo que compro.

El kirchneris­mo supo interpreta­r esta condición central de nuestro carácter. Al asumir, en 2003, encontró una sociedad que venía de 5 años de “no consumo”. Y le dio lo que anhelaba: marcas, shoppings, viajes, celulares, tablets, televisore­s, autos.

Desde entonces los argentinos asumieron el consumo como un

derecho. Un ajuste ortodoxo que lo restrinja llevaría en sus genes un latente nivel de conflictiv­idad social. Por eso era esperable que el gobierno volviera a jugar la carta del estímulo a la demanda en una elección tan relevante como la que se vivirá este año. Pero su poder de fuego es mucho menor

que en 2010 y 2011. Tras caer 2,2% en 2014, las proyeccion­es indican que las ventas de alimentos crecerían 1% en 2015. Hay recuperaci­ón, pero no fiesta.

Newspapers in Spanish

Newspapers from Argentina