Una obra sin terminar, que demoró diez años y costará más del triple
Diez años después de que el Gobierno anunciara la obra, finalmente ayer abrió sus puertas el Centro Cultural Néstor Kirchner. Este imponente espacio, ubicado en el edificio del ex Correo Central, según la Casa Rosada es “el mayor emprendimiento de este tipo en América Latina y uno de los principales del mundo”. Pero esta obra recibió múltiples cuestionamientos por su costo.
Es que si bien inicialmente el presupuesto planificado era de $ 925 millones, el costó ya se disparó hasta casi el triple (2.469 millones de pesos según informó el diario La Nación) y todavía resta terminar cerca de un 30 por ciento de la obra. Cálculos privados afirman que se tratará de una inversión cercana a los $4 mil millones de pesos.
El último dato que acrecentó la polémica lo aportó el sitio Eliminando Variables, que consignó la compra en forma directa de dos pianos de cola Yamaha CFX y una celesta (modelo 56P) por un monto de $ 4.760.000. Esto fue confirmado por el Gobierno, que justificó el gasto al señalar que con esos instrumentos se cubren “las expectativas de los más altos niveles artísticos”.
Para la inauguración, el Gobierno insistió hasta último momento para contar con la participación de la excepcional pianista Martha Argerich. Incluso, se llegó a hablar de que le habían tentado con un cachet de $ 25 millones. Según allegados a la pianista, Argerich desistió de tocar porque “se vio en el ojo de la tormenta” y para evitar quedar expuesta políticamente.
El espacio había sido nombrado en un principio Centro Cultural del Bicentenario. Luego el kirchnerismo lo rebautizó con el nombre del ex presidente y votó en trámite exprés un proyecto de ley aprovechando que se trata de un edificio nacional. Una ley porteña impide utilizar el nombre de una persona para bautizar un espacio público hasta diez años después de su muerte.