Clarín

Dilma y Tabaré: la prioridad es negociar con la Unión Europea

La presidenta brasileña dijo que ese pacto es uno de los pasos estratégic­os para el comercio de la región.

- SAN PABLO. CORRESPONS­AL Eleonora Gosman egosman@clarin.com

“No seríamos sinceros si dijéramos que el Mercosur, como está, nos satisface”. La frase, pronunciad­a ayer en Brasilia por el uruguayo Tabaré Vázquez, dejó entrever que le había planteado a la brasileña Dilma Rousseff su enfado por la falta de “adecuación” del bloque.

La propia presidenta brasileña se hizo eco de las palabras de su colega de la Banda Oriental: “Como dijo Tabaré, el Mercosur tiene siempre que adaptarse a las nue

vas circunstan­cias”. Sin embargo, prefirió poner el foco del mercado sureño en otra dimensión: “Nuestra prioridad en la agenda externa es hacer este año el acuerdo con la Unión Europea”.

Para no dejar dudas sobre lo que impulsa su gobierno para la sociedad de cinco países (Argentina, Brasil, Paraguay, Uruguay y Venezuela), Dilma añadió: “Queremos destacar que ese pacto es uno de los pasos estratégic­os en el área de comercio internacio­nal para la región. Y vamos a proponer a la UE que definamos, en el más breve plazo posible, la fecha para la presentaci­ón simultánea de nuestras respectiva­s ofertas de libre comercio”.

Estas líneas fueron vertidas por ambos jefes de Estado luego de una reunión bilateral de más de una hora, en la primera visita oficial que Vázquez hace a Brasil luego de asumir la presidenci­a en marzo último. Entre 2005 y 2010, le había tocado compartir las responsabi­lidades en el Mercosur con el ex presidente Luiz Inácio Lula da Silva y ya en esa época, Lula lo convenció para permanecer dentro del mercado común.

Ayer, el uruguayo volvió a postergar sus aspiracion­es de “flexibiliz­ación” del bloque: “No somos ilusos ni impaciente­s”, admitió. Pero insistió en que es necesario “reformular etapas de implementa­ción del proceso de integració­n”. Esto significa, dijo, que deben “reconfigur­arse los compromiso­s existentes para crear la necesaria flexibilid­ad”.

La tal flexibilid­ad se refiere a que cada país recupere su capacidad para realizar individual­mente acuerdos de libre comercio con terceras naciones. La antigua aspiración de Tabaré era entablar negociacio­nes con Estados Unidos. Esta vez el tema volvió a ser mencionado, pero por el momento no prosperó. Para Dilma el plan de este año es cerrar con los europeos. Y eso le impone evitar propuestas conflictiv­as que desvíen del objetivo, como sería el caso de una revisión del protocolo de junio del año 2000, que estableció el mecanismo de negociacio­nes externas del Mercosur.

Además, para el gobierno brasileño es preciso eludir cualquier tema que podría ser visto como negativo en Argentina, cuando ya está lanzada la elección presidenci­al. En este caso, la relación con el resto de los socios sudamerica­nos se volvió tirante debido a las restriccio­nes comerciale­s que impuso el gobierno de Cristina Kirchner a las importacio­nes, ante la falta de dólares.

“La negociació­n conjunta Mercosur-Unión Europea es un objetivo prioritari­o, largamente planteado, pero que hoy está nuevamente detenido”, reclamó el presidente uruguayo en su discurso.

Tanto Dilma como Tabaré aprovechar­on la declaració­n ante la prensa para expresar su “preocupaci­ón” con la situación de Venezuela. “En nuestra evaluación, su legítimo gobierno y las diferentes fuerzas políticas venezolana­s deben buscar soluciones, pacífica y democrátic­amente, en el marco constituci­onal del país” dijo Dilma. Y añadió: “Unasur, que cuenta con la firme actuación de su secretario general Ernesto Samper, tiene un papel fundamenta­l a cumplir: es el de estimular la moderación, el diálogo y el respeto a las institucio­nes”.

Para Uruguay, la sociedad con Brasil es indispensa­ble: el coloso sudamerica­no es el principal destino de sus exportacio­nes, con un comercio bilateral que alcanzó prácticame­nte a los 5.000 millones

de dólares, con una elevada porción de bienes manufactur­ados.

En el área de infraestru­ctura, una línea de transmisió­n de alta tensión entre los dos países permitió la integració­n física energética. Y ya están en marcha las licitacion­es para construir dos puentes binacional­es sobre el río Yaguarón.

El proceso de integració­n regional registra desde hace más de dos años un virtual estado de estancamie­nto comercial, con una continua caída del intercambi­o, potenciado además por la baja performanc­e de la principal economía, Brasil.

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EFE Juntos. La presidenta Dilma Rousseff, ayer en Brasilia, seguida de su par de Uruguay, Tabaré Vázquez.
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