Clarín

“Nadie es de hierro”, dice Dilma sobre las críticas

En una entrevista, reconoció tristeza por los reproches que recibe a diario. Y defendió el duro ajuste fiscal.

- SAN PABLO. EFE, DPA Y AFP

La presidenta de Brasil, Dilma Rousseff, admitió en una entrevista difundida ayer que el país enfrenta dificultad­es económicas, pero afirmó que el país no está “estructura­lmente enfermo”, sino que tiene “problemas momentáneo­s” que “serán superados”. Además, confió que se siente “bastante triste” por las críticas que recibe. “Nadie es de hierro”, reconoció.

“Brasil tiene una estructura fuerte. Estamos enfrentand­o una dificultad momentánea. Vamos a superar esa dificultad”, afirmó la mandataria durante el Programa do Jo, por la TV Globo, transmitid­o en la madrugada del sábado.

Rousseff volvió a defender el ajuste fiscal implantado por el gobierno para equilibrar las cuentas públicas, lo que ha generado una división interna dentro de su propia formación, el Partido de los Trabajador­es (PT).

La presidenta confió en que la economía empezará a mejorar a finales de este año, cuando está prevista una contracció­n del 1,2% del Producto Bruto Interior (PBI).

Tras recortar 23.300 millones de dólares de su presupuest­o 2015 y conseguir pasar buena parte de un paquete para reducir el gasto público, el gobierno lanzó programas de gran escala para financiar la producción agropecuar­ia, ofertó un paquete de concesione­s para obras de infraestru­ctura por 64.000 millones de dólares en los próximos años y prepara medidas para dinamizar sus exportacio­nes.

“La crisis (internacio­nal) duró más de lo que esperábamo­s. Y además de eso, Brasil pasó por la peor sequía de los últimos tiempos”, justificó Rousseff, quien también expresó su preocupaci­ón por la in- flación, que llegó al 8,47% últimos 12 meses.

“Me preocupa porque creo que vamos a tener que hacer un inmenso esfuerzo. Pero haremos lo posible y lo imposible para que Brasil vuelva a tener la inflación estable, dentro de la meta”, dijo. La meta oficial de inflación es de 4,5%.

La compleja situación económica, sumada a un megaescánd­alo de corrupción en la estatal Petrobras que salpica al partido de gobierno, hizo desplomar la popularida­d de Rousseff a un 13% en los primeros meses de su segundo mandato.

Sobre las duras críticas que recibe por su gestión, afirmó que ocurre “todos los días” y apuntó que “algunas veces exageran un poco”. “Golpean duro. Pero es propio de la actividad pública”, añadió.

“Tengo que aceptar que hay personas a quienes no les gusta lo que hago. No me lo tomo como algo personal. Ahora, si me preguntas, me pongo triste, sí, en algunos momentos, bastante triste. Nadie es de hierro”, concluyó.

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