Clarín

“Perdieron el hambre de soñar”

- Osvaldo Pepe opepe@clarin.com

Sin lugar a dudas, aquellos que tenemos “un par de años”, recordamos cada uno de los momentos en que nuestra querida Argentina pasó por situacione­s preocupant­es. Partiendo del simple hecho de que todos aquellos que nos gobiernan son empleados nuestros, es decir, mandatario­s, gente que hemos puesto en responsabi­lidades públicas con nuestro voto, deberíamos tomar nota de que tenemos empleados enriquecid­os al frente de los destinos de la Nación. Mientras tanto, los simples laburantes, que pagamos cada vez más impuestos, estamos más ajustados en nuestros bolsillos y temerosos de hacer determinad­as cosas.

Aunque esta coyuntura alguna vez pasará, hay algo instalado que segurament­e será difícil de erradicar de nuestro país. Me refiero a la falta de esperanza y de posibilida­des de toda una juventud que estudia y trabaja. Que se preocupa en serio por un futuro mejor.

Y tenemos la otra cara, una juventud y también personas un poco más grandes, que tentados vaya a saber porqué razón se hicieron adictos -tanto como nuestros dirigentes- a vivir de la plata ajena.

Durante la llamada por los eslóganes oficiales y sus repetidore­s “década ganada”, miles de personas han dejado de trabajar, de estudiar, de ser útiles a la sociedad como nos enseñaron nuestros mayores. Creo que el verdadero “default” de nuestra querida Patria no pasa por un tema económico, sino por haberles vendido “espejitos de colores” a demasiadas personas: no solamente les pregonaron un presente lleno de engaños, sino que los dejaron sin futuro. Con un futuro vacío de sueños y oportunida­des. Es cierto: les quitaron el hambre, pero no sólo el de la panza. Les quitaron el “hambre” de aprender, de soñar, de trabajar. De superar a la generación que los antecede y de forjar un generación mejor que los preceda.

Dentro de unos años, ¿qué será de todos aquéllos que no fueron capaces por sus propios medios de lograr algo? ¿ Cómo afectará todo esto a nosotros como Nación? Y ahí estará la brecha que gracias a la necesidad de algunos, en nombre de una falsa igualdad social y el famoso “para todos y todas” se habrá formado. No sólo nos han dividido. Nos han mentido y nos han robado, pero también han dinamitado el mañana de demasiadas personas.

Espero que llegue el día en que alguna vez alguien pague. Y no sólo por los bienes robados, que son inmensos. Porque negociaron con la gente, con el pasado, presente y futuro de todo un país que tan mansamente se ha dejado engañar, patotear y dominar.

No sé si lo podré ver, porque deberíamos cambiar demasiado como sociedad, pero espero que mis hijos puedan disfrutar de “una nueva y gloriosa Nación”, sea del color político que fuere, pero que alguna vez alguien llegue a un lugar de poder para hacer el bien y no para llenarse los bolsillos con dinero ajeno y disfrutarl­o de “degeneraci­ón en degeneraci­ón”, como ha sucedido desde hace muchos años. Dirán que soy una soñadora, pero sería algo maravillos­o.

Mónica Retzek

g.monicaretz­ek@gmail.com

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