Fuerte desafío europeo a Grecia: acepta el ajuste o va al default
El mensaje implica que la UE no estudiará la reestructuración de la deuda de Atenas ni aliviará las presiones.
Cayeron los velos. La Eurozona puso ayer a Atenas ante una disyuntiva histórica. En un comunicado de prensa para anunciar la cumbre sobre Grecia de este lunes, el presidente del Consejo Europeo, Donald Tusk, se salió de su papel de mediador entre gobiernos para poner al primer ministro griego Alexis Tsipras ante un clásico lo tomas o lo dejas.
Tusk dice que “la situación en Grecia se está volviendo crítica” y que el “actual programa de rescate acaba en 11 días”. Y lanza la amenaza: “Esto no es un juego y no hay tiempo para juegos […] estamos cerca del punto en el que el gobierno griego tendrá que elegir entre aceptar lo que considero que es una buena oferta o dirigirse al default”.
El comunicado de Tusk deja claro que los europeos no piensan moverse ni un milímetro, no van a estudiar por ahora ninguna reestructuración de deuda y que los griegos tendrán que aparecer el lunes en Bruselas con nuevas propuestas de ajustes si quieren acceder a los 7.200 millones de euros que quedan del segundo rescate y no ir en días al corralito y el default.
Mientras Tsipras firmaba ayer en Moscú un acuerdo para que pase por Grecia el gasoducto ruso que evitará Ucrania a través de Tur- quía y Grecia para llegar al sur de Europa, el consejo de gobierno del Banco Central Europeo aprobó de urgencia aumentar la liquidez para los bancos griegos.
El BCE no especificó la cantidad que envió a Atenas, pero se estima en algo menos de 3.000 millones, suficiente para que aguanten de aquí al lunes a la espera de que la cumbre consiga un acuerdo.
Si no lo hubiera, el martes llegará el control de capitales y, si el Banco Central Europeo decide no entregar más liquidez, se impondrá la salida del euro por la necesidad de imprimir una moneda nacional para sostener a la banca.
El Banco Central griego dijo en un comunicado que los depósitos están asegurados y que controla la situación, pero lo cierto es que esos depósitos caen a más de 1.000 millones de euros diarios.
Grecia cree que los gobiernos europeos están intentando provocar un pánico bancario que obligue a Tsipras a ceder. Desde Moscú, el funcionario dijo que “habrá una solución basada en el respeto a las reglas de la Unión Europea y la democracia que permitirá a Grecia volver a crecer con el euro”.
Tsipras ya tiene lo que quiso desde que ganó las elecciones en enero: que la decisión se tome entre los líderes y no en un oscuro despacho entre funcionarios de tercer rango, como había sucedido desde 2010. Pero tiene enfrente a 18 gobiernos, el Consejo Europeo y el Fondo Monetario Internacional. ¿Cuánta plata se juega Europa? La deuda griega equivale al 180 por ciento de su Producto Bruto Interno. Si no hubiera acuerdo, Grecia saliera del euro y decidiera dejar de pagar, las pérdidas máximas a las que se enfrentaría la Eurozona equivaldrían al 3,3 por ciento de su PBI. Eso sin tener en cuenta las potenciales pérdidas si los mercados financieros desatan el contagio a otras economías.
Los préstamos bilaterales, los del fondo de rescates y las intervenciones en deuda soberana del BCE suman 223.000 millones de euros. Los países de la Eurozona estarían también expuestos a los 80.000 millones que la banca griega ha tomado prestados del Banco Central Europeo como asistencia financiera de emergencia. Esa suma, de 303.000 millones, es la que equivale al 3,3 por ciento del Pro- ducto Bruto Interno de la Eurozona ya indicado.
Nominalmente cuanto mayor es la economía de un país del euro, más podría perder, aunque en porcentaje respecto a su PBI los más expuestos serían Malta (5 por ciento de su PBI), Eslovaquia (4,2 por ciento), España (4 por ciento) y Estonia (4 por ciento). Las cifras son enormes. De un default total de Grecia, Alemania podría perder hasta 92.000 millones de euros, Francia 70.300 e Italia 61.500.
España a su vez perdería 42.300 millones de euros, Holanda 19.800, Bélgica 12.000, Austria 9.800, Finlandia 6.200, Portugal 4.600, Eslovaquia 3.100, Irlanda 2.600, Eslovenia 1.400, Estonia 800, Chipre y Malta 400.