El terrorismo ultraislámico avanza y es cada vez más letal, afirma EE.UU.
Extremistas en Irak, Afganistán y Nigeria provocaron un marcado aumento de la violencia por terrorismo en 2014, impulsado por conflictos en Oriente Medio y Africa, donde el extremismo islamista se ha extendido en Estados débiles y fallidos y recluta a niveles no vistos en décadas. Son las conclusiones de un informe del Departamento de Estado estadounidense, difundido ayer.
Los ataques, principalmente del grupo Estado Islámico (ISIS) y de Boko Haram provocaron un incremento de más de un tercio en los ataques terroristas, casi duplicaron el número de muertos y por poco triplican la cantidad de secuestros a nivel mundial, detalló el texto.
Las cifras reveladas en el informe sobre el terrorismo global anual del Departamento de Estado muestran que 32.700 personas murieron en los casi 13.500 ataques terroristas en todo el mundo durante 2014. En 2013, habían muerto poco más de 18.000 personas en casi 10.000 atentados. Los secuestros se incrementaron de 3.137 en 2013 a 9.428 en 2014.
El informe alerta del avance territorial “sin precedentes” del ISIS, un movimiento extremista sunnita que ha medrado en los más de cuatro años de guerra siria y controla un territorio que va desde las afueras de Aleppo (Siria) hasta las riberas del Tigris y Eufrates en Irak. También se hizo fuerte en Libia, donde controla la ciudad de Sirte.
El ISIS y grupos afiliados a esa ideología extremista, como la secta radical islámica nigeriana Boko Haram, están tomando el relevo como gran amenaza terrorista internacional a Al Qaeda, “cuyo liderazgo central se ha visto debilitado”, pese a servir de inspiración para grupos en el Magreb, Yemen o Somalia, según Estados Unidos.
“Continuando con la tendencia del pasado año, los grupos terroristas están empleando técnicas más
agresivas en sus ataques”, algo que en el caso del ISIS incluye la represión de minorías y comunidades
en las que se establecen con decapitaciones y crucifixiones públicas.
La guerra de Siria es el semillero del ISIS, que, pese a los ataques de una coalición internacional liderada por EE.UU. desde el año pasado y el refuerzo de los ejércitos iraquí y kurdo, mantiene su fuerza.
En ese vacío de poder sirio, el ISIS se ha nutrido con más de 16.000 combatientes de 90 países, un nivel de reclutamiento radical que no se veía desde hace 20 años, según el informe. Además, el grupo muestra una sofisticación sin precedentes a la hora de hacer propaganda y reclutar personas a través del las redes sociales e internet, lo que aumenta la amenaza de los “lobos solitarios” en Occidente.