Clausuran diez milongas porteñas y hay preocupación en los tangueros
Según la Agencia de Control, es por falta de seguridad y hasta de habilitación. Pero organizadores afirman que los “persiguen”. Ayer protestaron bailando.
Ayer, a las 15, milongueros cortaron un carril de la Avenida de Mayo, frente al Ministerio de Cultura de la Ciudad.
En las últimas semanas algunos de los sitios más tradicionales del circuito de milongas de la Ciudad fueron clausurados. Y también, algunos que operaban ilegalmente.
En total son diez, según la Agencia Gubernamental de Control (AGC). Los organizadores lo sienten como una persecución. El Gobierno porteño explicó que fueron puntuales, por ejemplo, en lugares donde los
matafuegos estaban “de adorno”.
Lo cierto es que el Sunderland Club (Villa Urquiza) está cerrado desde hace 15 días y esto perjudica además a 200 chicos que van a hacer deportes y a las escuelas públicas que dan gimnasia ahí. También estuvo cerrado Sin rumbo (Villa Urquiza), donde funciona una milonga con casi cien años. El Nuevo Salón La Argentina (San Nicolás) fue clausurado y El arranque tuvo que cambiar su sede. Ayer los milongueros marcharon al Minis
terio de Cultura porteño para hacer oír sus reclamos, bailando. Pese al frío, a las 15, unos 100 cortaron un carril de Avenida de Mayo entre Perú y Bolívar, y protestaron siguiendo el ritmo de la voz de Gardel.
“La gente que organiza milongas tiene que lidiar con situaciones complejas. Por un lado, hay una Dirección de Habilitaciones que demora 6 meses en entregar el permiso para funcionar, que
dura un año. Y otra dirección, de Fiscalización, te apura para que los tengas al día”, detalla Julio Bassan, bailarín, profesor de tango y presidente de la Asociación de Organizadores de Milongas (AOM). “Lo más doloroso es que muchas de las cosas que tienen que ver con el tango se generan en las milongas. Se nos considera como una parte
fundamental de la distinción que recibió el tango como Patrimonio Inmaterial de la Humanidad; mantenemos la actividad todo el año; damos trabajo a bailarines, músicos, cantantes; somos sede
de campeonatos internacionales. Y unas semanas después de que se termina La Semana de las Milongas, nos clausuran”, agregó.
En la AGC afirman: “Desmentimos por completo que haya una persecución. Los inspectores tienen 8 objetivos por noche y los conocen al salir. Por otro lado, en un universo de 450.000 establecimientos en la Ciudad – desde clubes hasta bares–, las milongas legales no superan las 80 y no son
problemáticas”, indicaron en la Dirección General de Fiscalización y Control. “Eso no significa que no deban cumplir con condiciones
básicas: permisos, seguridad e higiene. El Nuevo Salón tiene permiso precario y está en proceso la habilitación”, detallaron.
A los vecinos del Sunderland les preocupa que las escuelas no puedan usarlo. “Además, vienen 200
chicos a fútbol, básquet, patines, taekwondo. El club funciona desde 1919, las milongas se hacen hace 20 años y nunca pasó nada malo. Pero tuvimos que cerrar en plena madrugada, con gente en el salón”, contó a Clarín Norma, la encargada. Desde la AGC explicaron que está habilitado para actividades deportivas y para socios, y ahora tramita la de milonga.
Bassan pretende que las milongas tengan el mismo trato que otros locales, por ejemplo, restoranes: “Tienen inspecciones pautadas. Les mandan por mail requerimientos que van a chequear. Pero en las milongas caen de madrugada. Hubo clubes que no pudieron mostrar permisos porque habían quedado bajo llave. Piden instalaciones fijas, como mangueras contra incendios,
cuando hay matafuegos”, dijo Bassan. El decreto 104 de 2005 genera confusión en esto, porque dice que “no serán de aplicación” ciertos requisitos que están en el Código de Habilitaciones y Verificaciones.
Todos coinciden en que se trata de una actividad tranquila pero la solución no aparece. “Los cambios de normativa se deben generar en otro lugar; los inspectores estamos para hacer cumplir ordenanzas”, dijeron en la AGC. La Legislatura tiene potestad: “Hay una legislación que viene desde 1910 y es hora de promover otra más inclusiva”, resumieron los milongueros.
No estamos en contra de medidas de seguridad. Sí, de que aparezcan de madrugada y desalojen. A otros les avisan” Jorge Rodríguez ORGANIZADOR DEL CLUB SUNDERLAND Desmentimos por completo que haya una persecución. Las milongas no son muchas ni problemáticas” Agencia de Control porteña El que organiza confía en el dueño del salón. Y los inspectores vienen de mal modo, cuando hay gente divirtiéndose” Julio Duplaá ORGANIZADOR DE SIN RUMBO