La calma contra la ansiedad
Un partido decisivo con dos técnicos argentinos. Gerardo Martino y Jorge Sampaoli palpitan su propia final.
Son tan parecidos a sus equipos Gerardo Martino y Jorge Sampaoli, que, como tales, parecen encarar las dos conferencias de prensa previas a la final de la Copa América con el mismo ritmo con el que juegan sus formaciones. Ahí anda Martino, que habla pausado y no se deja inquietar por las urgencias de los títulos. Parece saber todo y jamás deja resquicio para una duda: no la tiene. Sampaoli, mientras tanto, dice muchas cosas en cada una de sus respuestas. De calma sólo ofrece su cadencia provinciana, pero, confiesa, está ansioso durante las horas previas, que, dice, le parecen interminables. Eso en lo que se parecen los dos entrenadores del duelo de esta tarde es que en sus respuestas se ilustran un sinfín de ideas. El partido del contenido se juega frase a frase.
“¿En qué nos parecemos? Y, yo me hice el quincho (el pelo) hace poco, así que antes nos parecíamos más”, soltó Martino, risueño, cuando le consultaron por las similitudes con Sampaoli. Aunque después marcó el técnico de Argentina: “Los dos equipos juegan. Los dos equipos intentan llegar de la manera en la que pueden. Hay cierta coincidencia. Lo bueno es que hay dos selecciones que hicieron bien las cosas y que el premio lo encontraron por eso”. El entrenador de Chile, por su parte, valoró: “De la actitud puede ser que haya una similitud. De la forma no lo creo. Trataremos de ser los dominadores. La característica del partido va a estar sellada en quién domine a quién”.
Martino fue claro al explicar que, más allá del resultado, tiene expectativas puestas en el desarrollo de su idea de modo perdurable: “Siempre lo que se busca es ganar. Tenemos la máxima intención de poder ganarla. A partir del día domingo, sea cual sea el resultado, todo lo que venga después lo seguiremos intentando de la misma forma. Nada nos va a hacer variar. Queda mucho tiempo por delante. Evidentemente, afianzar la idea de juego es el objetivo más importante que tenemos. No por eso quiero desligar la responsabilidad que tenemos todos de ganar”.
Sampaoli, mientras tanto, declaró como lo suele hacer un hombre que conduce el sueño de un anfitrión, aunque, claro, habló de dignidad en la forma: “Son momentos muy especiales, básicamente, porque vamos a jugar una final de Copa América en Chile, donde el país está esperanzado. Nos toca jugar contra una selección que viene en un gran momento. La esperanza aumenta cada día por el estímulo que tiene el grupo y se frena ante el análisis del rival de turno. Son momentos diferentes a los que se tienen en la etapa de preparación, desde luego. Hay que ver cómo responde este grupo de jugadores por estar donde está. Hasta ahora lo ha hecho de una forma que ha sido valorada por muchos países. Ojalá hagamos un espectáculo digno por su forma”.
El Tata se burló de todas las elucubraciones y soltó: “La experiencia dice que cuando se tiene tanta expectativa para un partido, se termina viendo un bodrio de novela. Ojalá sea lindo. No sé si será de ida y vuelta y no sé cuánta intención tendrán los dos equipos de hacerlo de ida y vuelta”.
Sampaoli, en tanto, blanqueó sus ansiedades: “Son horas previas interminables. Uno quiere que el partido empiece ya. Por suerte se juega a las cinco y no a las ocho y media. Tenemos todo terminado. Nos falta la charla final, que tiene que ver con aspectos del rival. Tenemos charlas continuas o debates. O por ahí discusiones que tienen que ver con pequeños detalles que no se le informaron a algún jugador. Vamos a pensar todo desde la ansiedad”.
Martino y Sampaoli. La calma y la ansiedad. Como sus equipos, claros y llenos de ideas.
Esta generación de futbolistas es una de las mejores de la historia del fútbol argentino. Estos jugadores tienen muy en claro lo que van a jugar mañana”. Mi obligación está con este grupo y con este país, más allá de saber que soy argentino y no tengo esta nacionalidad. Estoy muy ilusionado con que Chile salga campeón y eso es innegociable”.