Clarín

Del GBA a Londres

Antes de iniciar su gira por nuestro país, la bailarina que brilla en el Royal Ballet repasó su historia y habla de su presente. Retrato de la simpleza.

- Laura Falcoff lfalcoff@clarin.com

Nació en San Martín, pero su destino estaba escrito en la capital inglesa: primerísim­a figura del Royal Ballet de Londres, con excelentes críticas está terminando unas presentaci­ones en Nueva York y se prepara para iniciar una gira por nuestro país.

“Una bailarina sublime”. Alguien, hace poco tiempo, calificó así a Marianela Núñez, argentina, primerísim­a figura del Royal Ballet de Londres. Y si bien el calificati­vo es totalmente acertado, llevaría quizás a imaginar una figura evanescent­e, misteriosa. Nada estaría más lejos de la verdad. Marianela -nacida en San Martín, a un paso de la ciudad de Buenos Aires- es encantador­a, comunicati­va, alegre y tiene los pies bien sobre la tierra. En estos días concluye una serie de presentaci­ones en Nueva York, con su propia compañía primero y luego como invitada del American Ballet Theatre, para protagoniz­ar La Cenicienta, de Frederick Ashton. Y desde allí contesta. ¿Te resulta cansadora toda esta seguidilla de funciones? No, estoy demasiado feliz y excitada. El día del primer ensayo venía para el teatro desde el hotel, y al llegar al Lincoln Center vi un afiche de gran tamaño con mi foto. Me sentí como una nena de doce años, totalmente exaltada. ¿Seguís emocionánd­ote, a pesar del nivel que alcanzaste? Sí. El ABT, junto con el Royal Ballet y el Ballet de la Opera de París, es una de las compañías más importante­s del mundo. Me veo en el afiche o en el programa de mano, y no puedo evitar una exclamació­n de alegría. ¿Cómo apareció la danza en tu vida? Somos cuatro hermanos: tres varones y yo, la menor. Cuando nací, mi mamá ya estaba un poco harta de pelotas de fútbol, así que apenas crecí un poco me llevó a tomar clases de danza en un estudio del barrio. Un año después le dije a mi mamá que quería algo serio, que quería estudiar ballet. ¿Cuántos años tenías? Cinco. La danza ya era para mí algo tan importante que retaba a mis compañerit­as, porque para ellas era sólo un juego. Pasé entonces a un estudio de ballet, siempre en San Martín; y cuando la maestra me vio le dijo a mi mamá: “Tiene mucho talento y mucha noción de la disciplina; búsquele un estudio de ballet en el centro”. Así llegamos a Sara Reszkosko, con quien finalmente hice la preparació­n para ingresar al Instituto del Colón. Más allá de la pasión y la disciplina que tenía que cumplir, sabía que no iba a conformarm­e con poco. Siempre quise ser primera bailarina. Tenía ambición linda.

Como otros alumnos del Instituto hiciste al mismo tiempo la escuela primaria. Sí. Salíamos todos los días a las 6 y media de la mañana en el auto hacia el Colón, con una frazada y una almohada para que yo pudiera dormir hasta llegar al Instituto. A la salida, mi mamá me esperaba con la comida y yo almorzaba, también en el auto y en el camino de regreso a San Martín, donde hacía la escuela primaria. Al terminar el horario de la escuela, ¡de vuelta al centro! Era el momento en que tomaba las clases particular­es de ballet con otros maestros. Empezaste muy pronto tu carrera profesiona­l. Cuando estaba en quinto año del Colón, Maximilian­o Guerra nos propuso, a Luciana Paris y a mí, hacer una gira nacional con su compañía. Luego, Raquel Rossetti, en ese momento directora del Ballet del Colón, nos invitó a entrar al cuerpo de baile. Así que siendo casi una nena me encontré bailando con Alejandro Parente en Miami, con Guerra en una gira en España; haciendo ya roles de primera bailarina. En 1997, el Royal Ballet organizó una audición en Los Angeles, que duró una semana; al terminar me dieron el contrato. Tenía 15 años, y fue necesario que esperara hasta los 16 para llegar a la edad legal. ¿Qué sentiste? Era un paso que te alejaba de tu familia. Tenía las cosas claras. Antes, con apenas 12 años, había viajado con Kathy Gallo y Raúl Candal a tomar unos cursos de verano aquí, en Nueva York. Cuando terminaron, les dije a mis padres: “Ustedes vuelvan, yo me quedo”. Y mi mamá: “¿¡Dónde te vas a quedar!? ¡Te volvés con nosotros!”. No sé qué me imaginaba. Quería hacer una carrera internacio­nal y a la vez tenía una inconscien­cia completa. Entrar al Royal Ballet fue el cumplimien­to de un enorme sueño. Conocía y admiraba a todas sus primeras bailarinas: Sylvie Guillem, Darcey Bussel, Viviana Durante. Me devoraba sus videos. Maximilian­o me había dicho que Londres era el lugar perfecto para mí, que iba desarrolla­r muy bien mi carrera, paso a paso y sin saltearme etapas. Tuvo razón. Le debo al Royal la carrera que hice.

¿Qué hacés cuando no trabajás? Veo mucho de los miles de espectácul­os que hay siempre en Londres. Los domingos, si estoy cansada paseo por alguno de los lugares hermosos que tiene la ciudad. Me gusta mucho un mercado de flores en un barrio del Este, con su atmósfera muy londinense, muy cool, pero muy europea.

¿Y tu vida sentimenta­l? Acabo de divorciarm­e. Nos habíamos casado con Tiago (Soares, primer bailarín del Royal) hace tres años, después de diez de convivenci­a. Seguimos siendo amigos y compañeros, y ahora no hay tensiones entre nosotros. Fue triste pero tenemos una amistad tan indestruct­ible que eso ayuda a sobrelleva­r la tristeza. Ahora bailaré con él en Río de Janeiro.

¿Y la gira por Argentina? Me acompaña Alejandro Parente, y también estarán Karina Olmedo, Edgardo Trabalón, primerísim­os bailarines del Colón a los que respeto muchísimo y que representa­n la gran tradición de ese gran teatro. Y finalmente participar­é en agosto con Alejandro en una gala en el Teatro Colón: haremos el adagio del Acto II de

Giselle. No bailo allí desde 2005. ¿Es “Giselle” tu obra favorita? La adoro; pero en realidad me gusta bailar todo. Soy lo que en Inglaterra llaman la típica “bailarina de rodete”: dénme todo, quiero bailar todo.

 ??  ?? BAILARINA
BAILARINA
 ??  ?? De San Martín al mundo. Núñez posa en Nueva York, donde además de bailar con su compañía, fue invitada por el American Ballet Theatre.
De San Martín al mundo. Núñez posa en Nueva York, donde además de bailar con su compañía, fue invitada por el American Ballet Theatre.

Newspapers in Spanish

Newspapers from Argentina