Un festejo diseñado para relanzar a De la Sota
El precandidato presidencial habló de una “polarización trucha” entre el kirchnerismo y el líder de PRO. Lo escuchaban Massa y Solá.
Fue un guión pensado y acordado para relanzar la candidatura presidencial de José Manuel de la Sota. Ayer, los festejos por el triunfo oficialista en Córdoba tuvieron de protagonista al todavía gobernador. El electo, Juan Schiaretti, hasta mantuvo cierto bajo perfil para no opacarle a De la Sota la oportunidad de “nacionalizar” la victoria y buscar una mayor visibilidad.
Desde el palco, después del discurso moderado de Schiaretti, De la Sota arremetió: “Los perdedores de hoy son Daniel Scioli y Mauricio Macri. Scioli es el candidato de La Cámpora y Zannini”, y le recordó que estuvo en Córdoba para apoyar al kirchnerista Eduardo Accastello. “El otro gran derrotado es Macri. Armó aquí una coalición electoral (por Juntos por Córdoba) donde mezcló el agua y el aceite. Impuso su capricho y estos en política no sirven para ganar”. De paso, le auguró al macrismo un balotaje “complicado” en la Ciudad. “No es muy bueno ni como gobernante ni como opositor”, sentenció.
De la Sota trató de espantar la idea de la “polarización trucha”, de la que responsabilizó “al Gobierno y a algunos medios”, entre Scioli y Macri, que dejaría lejos al espacio que él integra con Sergio Massa.
“La polarización trucha perdió en Córdoba y va a perder en la Argentina. Hoy en Córdoba nace una nueva alternativa” aseguró.
La pantalla gigante de led dejaba claro cuál era el mensaje que se quería dar anoche: “Nadie ni nada mejor para Córdoba que un presidente cordobés”.
Al escenario montado en medio de la avenida General Paz subieron, además de De la Sota y Schiaretti con sus esposas, el vicegobernador electo Martín Llaryora, la compañera de fórmula de De la Sota, Claudia Rucci, y Sergio Massa, su vice el salteño Gustavo Sáenz, Roberto Lavagna y el candidato a gobernador bonaerense Felipe Solá.
El acuerdo con Massa fue que acompañara (el tigrense venía de celebrar en Corrientes, pero no pudo hacerlo en La Rioja) pero el protagonismo era para el cordobés. El plan de De la Sota es ganar las PASO en la provincia (contra encuestas que auguran un buen papel de Macri) y luego derrotar en la interna a Massa. La de ayer era su “gran noche” para darse impulso.
Un rato antes, en el hotel King David, enfrente del búnker de Unidos por Córdoba montado en un local espacioso que fue concesionaria de autos, hacía tiempo que la avanzada massista esperaba a que el tigrense llegara de Corrientes. En una mesa del lobby tomaban café y comían papas fritas de copetín Lavagna, Solá y la diputada Graciela Camaño. “La polarización (entre Scioli y Macri) se terminó, los medios tienen que dejar de hablar de polarización”, dijo a Clarín muy enfática, Camaño.
Afuera, la noche era para los festejos, con los militantes que aguantaban el frío agitando banderas.