Lo que dejó la derrota de la Selección nacional
“Derrota argentina en la final de la Copa América”, “Otra final perdida y van …”, “Argentina cayó en los penales”, “Rotundo fracaso de la Selección nacional”, titularon los medios locales, gráficos, radiales y televisivos, los llamados hegemónicos y los que no lo son. “Tortura de Selección”, eligió otro de los medios tomando declaraciones del propio Javier Mascherano para titular el fracaso de la Selección argentina.
En tanto, la TV Pública Canal 7, en su “cadena del amor y el ánimo” y fiel a su particular visión y estilo de “relatar” los hechos, tituló con un triunfal “Argentina subcampeón”.
Alejo Uribe
alejouribe@ciudad.com.ar
Creo que Gerardo Martino debería darse un baño de autocrítica y de realidad. Argentina no mereció ganarle a Chile y además debería saber que los partidos no se merecen, se ganan.
Enrique A. Rossetti
enriquerossetti@arnet.com.ar
Y volvemos a ser argentinos a través de la derrota, viendo que la Copa es alzada por otros y que negociamos cambiar tristeza por bronca. Es fácil, pegarle a Messi es tan fácil porque somos argentinos y no aceptamos tener al mejor y que no nos dé nada a cambio. Y no se entiende esa lógica patriótica para nada proporcional porque Messi, el muchacho que recibe todas las puteadas, no recibió nada de nosotros: fueron otros los que decidieron apoyarlo. Este chico ya ganó, los que seguimos perdiendo somos nosotros o, si se quiere, esos detractores del buen fútbol que piensan que la derrota es indignante y humillante. Para ellos mi silencio más repudiable, para la selección (y Messi): simplemente, ¡gracias!
José Luis Traverso
valdanito@hotmail.com
Un solo gol y de penal, deshilachado en partidos casi de hacha y tiza, comprobándose que su cacareada habilidad no le sirve de nada y que apenas es un jugador con un poco más de habilidad que la normal (además, el fútbol es un juego asociado al que él nunca se adapta, al menos en este lado del océano). Y así como los últimos dos partidos del Mundial en Brasil Sabella, contando supuestamente con el mejor jugador del mundo, mandó a defenderse a sus dirigidos, ganando gracias a los penales a Holanda, pero perdiendo la final, ahora nos encontramos con este equipo de Martino que en general nunca jugó bien durante toda la Copa América y en la final entró en la vorágine propuesta por Chile en lugar de usar la pausa y la cabeza. Ya a esta altura no sirve de nada consolarnos con el verso de que Messi juega bien en el Barcelona y mal en la Selección.
Miguel A. Decunto
vivirydejarmorir1973@yahoo.com.ar
Muchos compatriotas me dieron vergüenza ajena durante la Copa América: entonaban el cántico “Chile, decime qué se siente” y la letra continuaba con acusaciones tales como “vos sos un traidor, vigilante y botón, nos vendiste en la guerra por cagón”. En primer lugar, era una provocación cantarlo en la tierra de los anfitriones. Tampoco resulta apropiado naturalizar ese odio tribal, tan incentivado en las canchas. El fútbol vernáculo se ha cargado muchas vidas por esa causa.
Además no está bueno mezclar este folclore nocivo del fútbol con la nacionalidad. Finalmente, el “apoyo pasivo” a Inglaterra lo dio la dictadura chilena, no su pueblo.
Insisto, naturalizar este folclore barrabrava aleja a los pueblos en lugar de unirlos.
Ricardo Fuentes
fuentesric@yahoo.com.ar