Para Merkel y Hollande, “la puerta continúa abierta”
“La puerta continúa abierta”. Esta fue la pequeña frase más esperanzadora que, un día después del paradojal referéndum griego que rechazó por un 61% las propuestas de la “troika” europea para su crisis económica, obtuvo la cumbre franco- alemana ayer por noche en el palacio del Eliseo en París, donde el presidente François Hollande y la canciller alemana Angela Merkel se reunieron para mostrarse unidos en sus desacuerdos y esperanzas sobre Grecia y su futuro. Una incertidumbre que deberá aclararse hoy, en la cumbre de todos los líderes europeos, para tratar el caso griego en Bruselas.
Horas después de conocerse los resultados del referéndum y con el mundo expectante sobre la intransigencia que mantenía Alemania sobre la suerte de Grecia, Merkel hizo un gesto. Viajó a París junto a su equipo para una entrevista y una comida de trabajo con Hollande. La última esperanza del gobierno francés para moderar la inflexibilidad de Alemania y el hartazgo de su opinión pública frente a la deuda griega.
En una brevísima conferencia de prensa conjunta, Hollande y Merkel aseguraron que ambos “respetan la decisión de los ciudadanos griegos”. Fue Hollande quien tuvo las palabras más generosas para Grecia, su gobierno y especialmen- te, su población. “Hay una urgencia para Grecia, urgencia para Europa. Es una cuestión también de visibilidad, de credibilidad y de dignidad”, insistió el presidente de Francia.
Después llegaron las palabras de Merkel, en alemán, con su clásico saco turquesa y sus pantalones negros. Consideró que es el turno de actuar del premier griego Alexis Tsipras y que ella espera “las proposiciones del primer ministro” para encontrar “una solución a la situación actual”.
Merkel no le ahorró el dolor de cabeza al primer ministro griego: “Por el momento las condiciones preexistentes para un retorno a las negociaciones no están reunidas”, dijo.
Cuando, en Europa, países como España e Italia apoyan un tercer plan de ayuda a Grecia y todos se preguntan si las reglas de juego europeas, que Alemania defiende a rajatabla, son las que se deben aplicar en una Grecia fundida, Merkel hizo otra lectura de la democracia en la Unión Europa, más allá del resultado del No del referéndum. Dijo que se debía contar “la reacción de los otros dieciocho países europeos, donde en ellos también hay democracia”.
Merkel incorporó un nuevo elemento, que podría justificar esta “pequeña puerta abierta” a Grecia. El desafío geopolítico que implica el “terrorismo y la inmigración” en la frontera de Europa. Dos temas que preocupan a Europa y una salida de Grecia dejaría un frente abierto y a la intemperie, cuando llegan sin cesar inmigrantes ilegales de la guerra siria a las islas griegas y controla, a través de Creta, el acceso al Canal de Suez, entre otros.