Máximo hermetismo y encierro familiar

Llegó el domingo y todavía no se lo vio salir. Lo acompañan familiares y amigos, y espera a Roberto López, su tatuador. El resguardo de la intimidad y el hermetismo, dos características siempre presentes en las visitas de Lionel Messi a Rosario, definen más que nunca las primeras horas del capitán de la Selección en su ciudad natal, el lugar preferido para relajarse y descansar con la compañía de familiares y amigos. El misterio por su rutina y sus planes es total. A tal punto, que ni siquiera en el espacio virtual de las redes sociales --el peor enemigo para evitar que se conozcan sus pasos-- se filtró alguna foto o imagen del ídolo.

Lo que sí parece estar claro es que, para Messi, Rosario asoma como el mejor antídoto para sobreponerse lo más rápido posible al durísimo golpe que significó la derrota en la final de la Copa Amé- rica. Por el momento, las primeras dosis del remedio parecen estar en la intimidad de su hogar, la casona ubicada en la vecina localidad de Arroyo Seco, a orillas del río Paraná.

Allí, tras arribar de Chile, se instaló el domingo junto con Thiago, su hijo, y su pareja Antonella, quien está embarazada.La Pulga, como de costumbre, estará rodeada por todo su círculo más íntimo. Padres, hermanos, tíos, primos, sobrinos, familia política y amigos más cercanos lo acompañarán durante los 10 días que estará en el país.

Después, su idea es disfrutar del sol en algún destino europeo antes de reintegrarse al Barcelona. Si bien la Liga empieza el 15 de agosto, Messi volverá a España a principio de mes para poder estar presente en la final de la Supercopa ante el Sevilla.

El único intruso autorizado por el momento a atravesar el portón de la bucólica propiedad de Arroyo Seco es Roberto López, su tatuador, con quien ya concertó una cita para terminar en los próximos días con el dibujo que empezó a hacerse en la parte interna del brazo derecho.