VELASCO “No quiero que la Selección de vóley vuelva a ser una isla”
Al frente del equipo que busca las finales de la Liga Mundial, repasa el presente del deporte que lo apasiona.
Salvo que un arbitraje paupérrimo como el que el domingo pasado llevaron a cabo el turco Aziz Yener y el mexicano Luis Gerardo Macías lo hagan frenar un paso antes del estallido, Julio Velasco es manso y tranquilo. Gentil, reposado, amplio para las explicaciones y generoso para las respuestas, el director técnico de la Selección Argentina de vóleibol creó el ambiente ideal en el primer piso del Grand Varna Hotel para responder sin límites, a agenda abierta. Como antes. Como ahora, siempre que el que pregunta y el que responde se pongan de acuerdo en defender ese género riquísimo del oficio periodístico que es el reportaje.
-¿Podés poner en valor el triunfo ante Bulgaria y la clasificación para el Final Four?
-Es un paso adelante. Algo que en la temporada pasada no logramos porque Francia nos ganó. Esta vez, además, tomo como importante el camino recorrido. Les dimos reposo a los jugadores que regresaron tras jugar en Europa, agrandamos la base de la pirámide de jugadores como que en esta World League ya utilizamos 21 ó 22. Digo que está empezando a pagar el trabajo comenzado el 6 de abril. Hay días que el gimnasio del CeNARD es una fiesta.
-¿Por qué?
-Porque estamos llevando a cabo un trabajo de ida y vuelta con los clubes. Con ayuda mutua para que crezca el vóleibol en la Argentina. No quiero ni creo en que la Selección de vóley vuelva a ser una isla. La Selección tiene que ser el producto de un deporte vivo, intenso, en desarrollo. Igual, no desconozco que el resultado deportivo, como éste que estamos disfrutando, es un instrumento para
el crecimiento.
-Volvamos a la fiesta que a veces es el gimansio del CeNARD...
-Hay días en que tenemos a tres planteles entrenando. Ahora mismo, mientras nosotros estamos acá, una Selección dirigida por Waldo Kantor interviene en los Juegos Universitarios de Corea. La Selección B está en Natal, en Brasil, jugando una serie de amistosos con el equipo brasileño que irá a los Juegos Panamericanos de Toronto. Y en el primer duelo ganó 3-2 frente a 7.000 espectadores.
-Esto forma parte de la competencia interna que abriste con posibilidades para todos...
-Sí. Si no exageramos, la competencia interna es buena. Un jugador de Selección sabe hoy que si no juega en su club no tiene lugar para seguir en la Selección. No creo en los suplentes de lujo. Trato de instalar el espíritu de que es posible. Creo en darles posibilidades a los jóvenes si los jóvenes responden con responsabilidad y trabajo. No creo en eso de “no sirve” o “no tiene carácter” definitivamente. Eso puede ser hoy, transitoriamente, y mañana ser de otra manera.
-Por estas horas, ¿te interesa más el resultado o el juego que desarrollan las Selecciones?
-Me interesa más el crecimiento del juego y la mentalidad. Para mí, mentalidad es tener humildad y convicción. Ni agrandado y soberbio ni hacerse el chiquito para parecer humilde. Estamos en una etapa de educar, igual que nos pasa con nuestros hijos. A los jugadores les digo que no se hagan los duros; que sean duros. Sobre todo duros para aguantar las cosas difíciles de vida y el deporte.
-¿Seguís pensando en que necesitamos ideologías?
-Por supuesto, y cada vez más. No es contradictorio el talento con el trabajo. Dejemos de elegir. Que el talento trabaje y que el trabajador no se detenga para descubrir cuánto tiene de talento. ¿Cuál es el modelo que queremos? ¿El de Cristiano Ronaldo o el de Bochini?
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