Macri, Carrió y Sanz mandaron enfriar la pelea por el balotaje
El temor es que escale la tensión entre Larreta y Lousteau. Piden priorizar el frente nacional y la disputa con el Gobierno.
Mauricio Macri habló por teléfono con Ernesto Sanz y anoche le mandó un afectuoso mensaje de texto a Elisa Carrió para preguntarle por su estado de salud. Entre Sanz y Carrió también hubo contactos en las últimas horas. Los tres comparten
una misma inquietud: temen que los cruces por el balotaje en la Ciudad se propague al frente Cambiemos y que eso termine por afectar la pelea con el kirchnerismo. Los tres, por distintas vías, les hicieron saber a Horacio Rodríguez Larreta y Martín Lousteau que la disputa
debe enfriarse o, por lo menos, circunscribirse a los problemas de los porteños. O sea: tendrán que preservar la figura de los presidenciables.
“No es el perfil de Lousteau poner en jaque un espacio del que él se siente parte. No hace falta que le digan nada. No va a hacer ninguna locura y mucho menos será
funcional al kirchnerismo”, dijo uno de los principales operadores de su campaña. La tensión entre el PRO y ECO había asomado apenas terminaron de contarse los votos. Como Larreta no quedó tan lejos del 50 por ciento y le sacó 20 de distancia a su rival muchos pensaron que el economista podía desertar de la segunda vuelta. Lejos de eso, él subió la apuesta: “Hubo presiones desde distintos lugares para que me bajara”, dijo y negó con énfasis que esa idea pasara por su cabeza.
En el macrismo afirmaban ayer que el jefe de Gabinete “municipalizará” la campaña. Es decir, esquivará la pelea nacional y se concentrará en cuestiones estrictamente de gestión. Tampoco acudirá a ningún debate de TV con Lousteau. “Queda una semana y monedas. Tenemos que ser prolijos y evitar la confrontación”, asumían cerca del candidato del PRO.
Fernando Sánchez, el postulante a vicejefe de ECO, le dijo a Clarín que ningún actor de su espacio tiene previsto complicar las posibilidades presidenciales de Cambiemos. “No hay que hacer del balotaje una cosa de vida o muerte. La Ciudad tiene dos millones y medio de electores y la Nación abarca a 30 millones”, sostuvo.
Se entiende la posición de Sánchez. Es íntimo de Carrió. La diputada ya ha dicho en privado –y lo repitió el domingo– que “la prioridad debe ser la estrategia nacional”.