Clarín

“Mi vida fue una película de Fellini”

- Marina Zucchi mzucchi@clarin.com

Luego de su salida voluntaria de “ShowMatch”, estrenó obra. Dice que en cada paso le aflora el artista de circo.

No le fue difícil decidir irse del Bailando 2015. Irse es el verbo que mejor practica. Toda su vida ha sido llegar, quedarse un rato, levantar campamento y seguir camino. Desde que su madre rompió bolsa en Río Cuarto, en plena gira del circo, Marcos “Bicho” Gómez aprendió a no aferrarse a un lugar. Veintisiet­e años de su historia en casas rodantes, entre monos, elefantes, jirafas y camellos, y con el paisaje de cada pueblo como patio trasero. “Tengo un desapego tremendo”, dice con la mueca involuntar­ia de un payaso. “Siento que mi vida fue una película de Fellini”.

A los 51, estrenó comedia negra en el Metropolit­an ( Muertos

de risa) y sabe que arrastra en cada movimiento de sus huesos el recuerdo del circo. Titina, el Mariachi Loco, el Payaso “Mala Onda” y cada criatura actoral que engendra es un hijo directo de ese pasado de cuento. “Ahora ya me puedo ver como en una película. Miro La Strada, de Fellini, y es mi vida. El primer registro que tengo de todo es una imagen de la pulga que era yo, interrumpi­endo la función para saltar en la cama elástica. Sonaba Salta, salta, salta pequeña langosta y la gente me aplaudía”.

El circo por todas las ramas del árbol genealógic­o. Por el lado materno, el cubano Marcos (quien fuera su abuelo), bajó con su carromato de circo hasta Chile y se enamoró de una inglesa, Ana. Por el lado paterno, el brasileño Apolonio llegó a la Argentina y se metió a trabajar en el circo de Dora. Marcos y Ana tuvieron una hija, Antonia. Apolonio y Dora fueron padres de Daniel. Antonio y Daniel, acróbatas, engendraro­n al “Bicho” entre giras circenses. Ella parió en Córdoba y, ya con Marcos en brazos, siguió camino. La vida de circo no se elige, se hereda. A la distancia, ¿pensás en ese destino como una vida difícil? Tuve una infancia feliz y particular. Podés verlo de varias maneras. Vivir en una casa rodante de seis metros por dos de ancho. Si vas al Conurbano, viven hacinados igual en una casilla y para otros eso sí es normal. Es cierto, hacés la escuela como podés, una semana o un mes en cada lugar. Yo aprendí los valores del circo: ser honesto, libre, leal, confiar en los otros. Hemos vivido momentos maravillos­os en los que a veces había para comer y otras no. Dejé esa vida a los 27, 28 años, cuando lo conocí a Claudio Gallardou y ya necesité estar instalado en un lugar. Pero te das cuenta de que el circo es tu país, tu provincia, tu barrio. ¿Qué tan distinto es el medio televisivo del circo? Desde lo artístico no noto ninguna diferencia. Desde las relaciones, el circo es un ambiente

Tengo un desapego tremendo. Vivir en una casa rodante de seis metros por dos de ancho. Una semana o un mes en cada lugar. Aprendí los valores del circo: ser honesto, libre, leal, confiar”. Con Anita (Martínez) le hemos servido a “ShowMacth” desde el humor. Pero en realidad el programa te sirve más a vos que vos al programa. “ShowMatch” es Tinelli y a eso no hay con qué darle”.

familiar, aunque ese ambiente lo encontré con Jorge Guinzburg. ¿Qué pasó con el “Payaso Malaonda”? ¿Ya es un recuerdo? ¿Murió cuando murió Jorge Guinzburg? Soy de la idea de que los personajes son de donde nacen y ahí tienen que morir. Jorge hizo que el payaso Malaonda fuera quien fuera. Había un código, un estilo, una manera. Si lo llevo a otro lugar no sería lo mismo, por eso prefiero no hacerlo. Se fue con Jorge, sin lugar a dudas. ¿Qué pasó en vos después de la muerte de Guinzburg? Los unía un gran vínculo y ese “club de amigos en el trabajo” que él promovía… Yo voy a encarar algo hoy en día y todavía pienso: “¿Qué diría Jorge en este momento?”. Sentí que el suyo fue un programa que marcó. Las mañanas de los canales se volvieron a abrir después de Mañanas informales, y Jorge fue mucho más que un compañero. Eramos amigos. Hablábamos diez minutos del trabajo y diez horas de la vida. Para él, el trabajo tenía que ser un club de amigos. Por eso se rodeaba de buena gente. Si en tu trabajo vas a reencontra­rte con tus amigos, vas con ganas y lo hacés mejor. Su falta siempre se va a sentir en ese sentido. Tu vida personal se mantiene bajo un perfil cuidadoso. Salís con una coach de ‘Bailando’ (Verónica Pecollo), se habló de peleas con Anita Martínez, abandonaro­n el certamen. ¿Te cuesta mantenerte por ese rumbo más cauteloso? Lo mejor que me llevo del Bailando es Vero. Bailando fue un tiempito y Vero va a ser para toda la vida. Soy relajado con eso. Me gusta que todo el mundo sepa que estoy enamoradís­imo. Con respecto a Anita (Martínez) hubo desgaste, pero está todo bien (ver “Con Anita ya no somos tan amigos”). Le hemos servido a ShowMatch desde el humor. Pero en realidad el programa te sirve más a vos que vos al programa. El programa es Tinelli y a eso no hay con qué darle. Los demás somos invitados a su casa a jugar. ShowMatch es un tsunami. Tenés que estar siempre surfeándol­o. Salís de la AFIP y tenés que estar dispuesto a sonreírles a todos. Me ha sucedido en un velorio el año pasado, que me tenga que sacar una foto. ¿En un velorio? Sí, te juro. Era el velorio de alguien cercano y al final viene uno y me dice, “Che, ¿nos podemos sacar una foto, por favor?”. Me la saqué. ¿Qué podés hacer? ¿Qué le podés explicar a un tipo que te pide eso?

“Bicho” (“El apodo viene desde siempre porque no era muy agra- ciado”, se ríe), se muestra tímido y sencillo, como si fuera de esos ejemplares de excepción en la televisión. Tiene dos hijos (Rocío, de 18 años, y Homero, de 7), una pareja nueva y el deseo de volver a ser papá. Desde hace años soñaba con llevar al teatro la versión cinematogr­áfica de Alex de la Iglesia ( Muertos de risa) y como nadie lo había hecho antes, se le presentó al director español y le planteó el desafío (ver La obra de una película de culto). En vacaciones de invierno planea una vuelta fugaz al lugar del que nunca se fue: el circo. ¿A vos que tanto te preocupa hacer reír, qué te hace reír? Todo. Trato de divertirme hasta en los momentos más duros de mi vida. Me divierte desde el bebé que gatea hasta un borracho que se lleva los árboles por delante. Como todos, a veces me siento y me largo a llorar, pero hay que seguir. Siento que recorrí un camino largo, pero me falta mucho todavía. Tuve una vida de trotamundo­s, tuve que buscarme el lugar como pude. Imaginate a mi abuelo viniendo de Cuba, bajando con su carromato, llegando hasta acá. Para él habrá sido más difícil todavía que para nosotros después. Creo que para algo estamos acá. Vinimos a este mundo a arrancar sonrisas.

 ?? DIEGO DIAZ ?? Cuarta generación de artistas.
“Bicho” volverá al circo un rato en vacaciones de invierno.
Marcos “Bicho” Gómez
DIEGO DIAZ Cuarta generación de artistas. “Bicho” volverá al circo un rato en vacaciones de invierno. Marcos “Bicho” Gómez

Newspapers in Spanish

Newspapers from Argentina