Al fin, salieron a escena Saviola y “Lucho” González
El “Conejo” jugó los últimos 24 minutos y no tuvo chances. El volante ingresó en el primer tiempo, por Pisculichi.
Fue una noche de regresos, de regresos rutilantes, para River. Seguramente muchas sensaciones emparentadas con la nostalgia y la felicidad invadieron a los hinchas millonarios, que como ya es costumbre en los torneos de AFA debieron ser testigos a través de la televisión y lejos de la cancha visitante. Javier Saviola, un hijo pródigo del club, volvió a jugar con su camiseta favorita después de catorce años rodando por Europa (Barcelona, Monaco, Sevilla, Real Madrid, Benfica, Málaga, Olympiakos y Hellas Verona). Antes había ingresado Luis Lucho González, formado en Huracán pero con un recordado paso por River, tras diez años en el exterior (Porto, Oympique Marsella, Al Rayyan de Qatar). Ambos habían conmocionado el mercado de pases -junto a Carlos Tevez, que retornó al archirrival- de este breve interrupción del campeonato.
Ambos arrancaron en el banco de suplentes. La intención de Marcelo Gallardo era hacerlos ingresar en el segundo tiempo para que vayan sumando fútbol y soltándose con sus nuevos compañeros. Pero la lesión de Leonardo Pisculichi, a los 20 minutos del primer tiempo, anticipó la irrupción en cancha de Luis González, de 34 años. Y Lucho se erigió en uno de los mejores jugadores de un partido flojo. Consiguió darle pausa y claridad, especialmente en los minutos que estuvo del primer tiempo, a su equipo. Después su accionar disminuyó, sin embargo terminó dejando una buena imagen.
Saviola entró a los 21 minutos del período final, reemplazando a Sebastián Driussi. Recibió muy poco juego, lo abastecieron poco y nada, por eso no tuvo oportunidad de mostrarse y de desarrollar su magia. Además sufrió las inclemencias del fútbol argentino: un manotazo en la cara arrojado por Mariano Echeverría lo dejó tendido en el piso. Justamente Saviola luego habló de este tema: “El fútbol argentino ha cambiado mucho en este tiempo que estuve afuera. Se hizo muy friccionado”. El delantero de 33 años y con último paso por Hellas Verona de Italia declaró que “estoy contento por mi vuelta al país y a River, pero triste con el resultado. Hubiese querido llevarme un poco más, pero reconozco que fue un partido difícil y una cancha complicada. Tuvimos algunas oportunidades y no pudimos concretarlas”.
Su mensaje final fue: “Tengo que seguir trabajando para mejorar. Buscaré adaptarme rápido al fútbol de nuestro país y de meterme pronto en el grupo”. Los hinchas de River ya preparan sus gargantas para una doble ovación para el sábado, en el Monumental, cuando el equipo enfrente a Temperley.