“No soy Dios para andar tomando vidas”
Alejandro es obrero metalúrgico. Tiene 49 años y vive en la ciudad de Córdoba. El 10 de abril pasado marcó un antes y un después en su vida, cuando atacó con una katana a tres ladrones que entraron a su casa. Desde entonces, quedó catalogado como “El samurai cordobés” y vive con custodia. Sin embargo, dice: “Fue uno de los días más terribles de mi vida”.
“Me causa algo de gracia el apodo, todos en mi laburo y los que me ven me dicen: ‘Este es el samurai’”, contó en declaraciones a FM 97.9.
El caso ocurrió en su vivienda de la calle Choquira al 7700, del barrio Cerro Norte, cuando los asaltantes sorprendieron a Alejandro y su esposa mientras dormían. En un descuido, el dueño de casa tomó una katana (sable japonés) que tenía en la pared y, al mejor estilo samurai, los enfrentó y los hirió en los brazos.
El 22 de mayo, la fiscal Jorgelina Gutiez le dictó el sobreseimiento al considerar que actuó en legítima defensa. Alejandro, quien no sabe artes marciales pero admite ser fan de la cultura japonesa, contó que considera un “tesoro” a sus katanas y que iniciará los “trámites para recuperarlas”, ya que las tiene la Justicia.
“Quiero responderle a mucha gente que preguntó por qué yo no los maté. No soy un asesino y lo único que yo quería es que se fueran de mi casa... No soy Dios para andar tomando vidas”, explicó.