Periodismo y los tuits de Cristina
La tarea de un periodista es informar. Alguien debería decirle a la Presidenta que ese acto es central en la profesión
En un artículo firmado por la periodista de Clarín acreditada en Cancillería, publicado ayer, se informó que el acuerdo nuclear de Estados Unidos con Irán podría tener efectos directos sobre la relación de Argentina con Irán, afectada gravemente por el irresuelto atentado contra la AMIA.
Fue una noticia redactada con el debido contexto, como hace un periodista profesional, sobre las consecuencias posibles de ese acuerdo internacional. Es decir, algo que forma parte del trabajo diario en una redacción. El canciller podría explicárselo a Cristina.
La Presidenta, todavía en reposo por su laringitis, despachó ayer una serie de tuits, asegurando no solo que Clarín había cambiado de posición sino que los “instructores” internacionales habían enviado “instrucciones” para que se cambie de posición editorial respecto de Irán.
Además, dice que este cambio se produce cerca de las elecciones, con ese método de ironizar sin sutilezas, como el que utilizó de manera sarcástica – y grosera– al relacionar la tecnología alemana 3 D para reproducir dientes con la experiencia germana adquirida en esa materia.
En el artículo se consignó que uno de los buscados por el atentado a la AMIA, Ahmad Vahidi, podría beneficiarse por los efectos del acuerdo nuclear entre Washington y Teherán. Esa columna no modificó ninguna posición editorial de Clarín.
El fiscal Nisman, que fue encontrado muerto y todavía no se sabe si se suicidó o fue asesinado, había acusado a Vahidi de haber participado en la planificación del atentado. Para la Justicia argentina, sigue siendo un prófugo y, todavía, tiene alerta roja de la Interpol.
Irán no ha demostrado mayor interés en el Memorándum firmado con la Argentina y es evidente que lo mantiene congelado.
Pero la Presidenta reacciona porque, después de haber pagado un alto costo político por ese documento bilateral, las críticas recibidas le provocaron disgustos y resentimientos notorios, perceptibles aún en la redacción juvenil de sus tuits.
La acusación ante una noticia inobjetable es que la cercanía de las elecciones motorizó un cambio, lo que no ocurrió. Quizá Cristina tema que cualquiera sea el candidato que gane, inclusive Scioli, revea decisiones que ella impuso.
Hablando de la fallida acusación de Nisman a la Presidenta, habría que recordar que fue Cristina quien aseguró que Nisman había sido asesinado.
Lo había dicho corrigiendo versiones que hizo circular rápidamente el oficialismo sobre el presunto suicidio de su acusador.
Esa opinión presidencial se mantiene tal como se dijo en enero pasado.