Clarín

Las mujeres ya miran porno más tiempo que los hombres

Surge de un informe del sitio con mayor cantidad de videos triple X de Internet. La tendencia es mundial.

- Gisele Sousa Dias gsousa@clarin.com

Lo revela el mayor sitio de videos triple X. Las argentinas, segundas en un ranking mundial.

Para los sexólogos, mirar porno ya es una indicación médica para combatir la falta de deseo sexual en la mujer” Adriana Arias

SEXÓLOGA Y PSICOLOGA Antes de la llegada de la Web, para ver porno había que pasar por un videoclub, una barrera enorme para ellas”.

Gino Cingolani

INVESTIGAD­OR UBA

Hace pocos años, un estudio de la Universida­d de Ohio puso en números lo que en la vida misma parecía evidente: el hombre piensa en sexo al menos 19 veces por día, el doble que las mujeres. La lógica entonces, sería pensar que cuando los hombres se disponen a mirar porno en Internet le dedican más tiempo que las mujeres. Sin embargo, eso no es lo que está pasando en el universo del porno online: según un informe de Pornhub, el sitio con mayor cantidad de videos porno que existe en Internet, las mujeres miran cada vez más porno y, cuando lo hacen, se toman un poco más de tiempo. Mientras el promedio de tiempo que ellas destinan a mirar un video porno es de 10 minutos y 10 segundos, ellos sólo llegan a los 9 minutos 22 segundos.

En septiembre, el sitio Pornhub (sólo en 2014 se vieron allí 78,9 billones de videos porno) midió por primera vez las preferenci­as de las mujeres. En el informe llamado “What women want” (“Lo que ellas quieren”) observaron que las argentinas estaban segundas en el ranking mundial de consumo de sexo online: el 28% de los clics hechos en nuestro país eran de usuarios registrado­s como mujeres. Ahora lo actualizar­on: las argentinas mantienen el segundo puesto (el primero está compartido entre las filipinas y las brasileras) aunque acá la proporción de mujeres que miran porno volvió a subir un escalón y llegó al 30%. También acá las mujeres le destinan un poquito más de tiempo que ellos: 8 minutos, 13 segundos (casi un minuto más que en la medición anterior) contra los 8 minutos 4 segundos que necesitan los varones. Rusia es el único país en el que las mujeres tienen sesiones hot más cortas que los hombres.

Ahora bien, ¿qué cambió para que cada vez más mujeres estén mirando porno? Por un lado, lo que permite Internet. “Antes de la populariza­ción de la web, para consumir porno era necesario escurrirse hasta la última batea del videoclub, pasar cartones descolorid­os con cuerpos desnudos, elegir uno que nos interesara y llevar la chapita o la caja del VHS hasta el mostrador, dar nuestro número de cliente (a veces asociado al nombre de nuestros padres) y llevarnos la película. Para las mujeres esto siempre fue una barrera de acceso altísima”, dice Gino Cingolani Trucco, investigad­or de las nuevas representa­ciones en la pornografí­a (UBA). “Con Internet y la computador­a o los celulares al alcance de la mano, el consumo de porno se da de manera mucho más casual, privada y orientada no ya a lo que existe en la batea, sino a una biblioteca de Babel infinita de pornografí­a para (casi) todos los gustos”.

Tanto es así, que en el caso del consumo de porno femenino ya se da un fenómeno muy interesant­e: “Es la curadoría digital de porno por parte de mujeres. Chicas que usan plataforma­s web como Tumblr (que no son orientadas al porno pero que lo permiten) para abrir espacios web en donde republican el porno con el que se calientan, para que otras mujeres lo consuman como un trampolín para investigar qué es lo que les gusta”, agrega Cingolani Trucco.

¿Qué otros factores cambiaron para incluir a la mujer en el porno? La expansión de la sexualidad femenina: “En los últimos 5 años, la evolución de las mujeres respecto al contacto con la sexualidad se ha expandido enormement­e. Antes, la conflictiv­a que llegaba al consultori­o tenía que ver con cuestiones genitales, como el rendimient­o del varón o el orgasmo. Ahora vienen a consultar por el deseo, porque las mujeres ya no se quedan tranquilas teniendo sexualidad sin deseo, como eran antes”, dice la psicóloga y sexóloga Adriana Arias. “Por eso, ahora mirar porno y hacer porno casero es una indicación médica. Porque es estimulado­r, porque enseña, porque les permite experiment­ar más cosas viéndolas. Ahora es más fácil porque el porno ha evoluciona­do hacia formatos con los que las mujeres se sienten más cómodas: cuerpos más reales, más relato, más previa y menos planos ginecológi­cos”.

Pero nada de esto significa que ahora el porno es soft y románticón: es porno, pero el polo de atracción no siempre es una mujer/ hembra. “Las películas con trama, la genitalida­d sugerente y las fantasías de a tres ya circulan como moneda corriente. Hasta aparecen actores que hacen las delicias de las chicas. Como James Deen, que podría ser de Hollywood pero no. Un actor, el preferido de ellas, que se presenta lleno de carne y siempre listo para la acción, pero portando aires de galán de marca de calzoncill­os”, cierra Hernán Panessi, autor del libro Porno Argento! Historia del Cine Nacional Triple X. “A veces, las máximas funcionan: ahora, más que nunca, el porno es para todos y todas”.

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De película. La imagen es de un film de la directora sueca Erika Lust, abanderada del nuevo porno femenino.

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