Cartas al país
“Bienvenida, Helena, que vivas en un país donde reine la paz y la justicia”
Helena Kirchner Vaca Narvaja, llegó a este mundo un tiempito antes de que su abuela Cristina deje el poder, después de 8 años de ejercer como Presidenta de la República Argentina.
El momento en el que nació la pequeña no es el mejor para el país, gobernado por sus abuelos desde hace 12 años. Mientras ella, una tierna bebé, nació en un lugar de alta salud en la Ciudad de Buenos Aires, otros bebés argentinos no corren su misma suerte.
En realidad, pensaba que su madre iba a dar a luz en un lugar público, como la Maternidad Sardá o el Hospital Argerich, que tiene desde la presidencia de su abuelo Néstor una sala especial, preparada para la familia presidencial. Pero no, nació en un lugar de salud privado, preparado para argentinos que pueden pagarlo, lo cual me hace pensar que el relato de la abuela de Helena, nuestra Presidenta, no es tan popular ni social. Lamentablemente, lo que deja la abuela de Helena es un país con más pobres de los que encontró al llegar. Muchos otros bebés, que en este momento están naciendo en este país, no llegarán nunca a comer ni educarse adecuadamente, que sí tendrá la posibilidad la nieta presidencial. Cuando esta niña se convierta en joven, si las cosas siguen como hasta ahora y no se revierte la situación de inmoralidad y desigualdad, vivirá en un lamentable país, y seguramente querrá vivir en otra parte del mundo.
Deseo para Helena, lo que anhelo para cada uno de mis nietos, que vivan en una Argentina admirada por el mundo, donde reinen la paz y la justicia, donde cada uno viva dignamente, sin corrupción, sin impunidad, sin violencia, sin hambre, sin narcos. Que el país en el que viva Helena, sea el país que todos los argentinos “de bien” deseamos, saliendo de este desfallecimiento moral en el que estamos sumidos. Helena es argentina, como mis nietos, y por eso deseo que sea muy feliz en una Argentina diferente, absolutamente diferente, que se levante como gloriosa nación. Helena, bienvenida y que Dios te bendiga.