Cambiar a tiempo, la receta para ganar
Ganarle a Venezuela no sólo significó el primer lugar del grupo y arrastrar a la próxima fase un 3-0, ya que no se toma en cuenta la victoria ante el eliminado Cuba, sino también la muestra de que el equipo puede plantar cara a diferentes planteos. Ante un rival como el dirigido por Néstor García, que tiene una propuesta diferente a la que se vio de Canadá y de Puerto Rico, la Selección supo sacar el juego adelante y terminó venciendo 77-68.
Con otra formación distinta desde el arranque, muestra de versatilidad, Argentina estuvo errática durante los dos primeros cuartos, sufriendo la defensa agresiva y el desgaste físico que propuso Venezuela. No sorprendió el bajísimo porcentaje de esos cuartos (34 % de cancha, con 1-7 en triples), que los dirigidos por el Che se llevaron por un punto.
“Lo bueno es que sabíamos que estábamos jugando el juego de Venezuela, pero nunca perdimos la calma y de la mitad del tercer cuarto en adelante empezamos a jugar como nosotros queríamos. Se abrieron cuando nuestros tiros empezaron a entrar, Facundo (Campazzo) y Nico (Laprovíttola) pudieron encarar el aro y nos vino muy bien”, dijo Andrés Nocioni.
Y fue así, porque en la segunda mitad los bases aparecieron como no lo habían hecho en la primera (en 20 minutos entre ambos apenas habían sumado una asistencia y un rebote, sin puntos y con tres pérdidas) y fueron claves, junto con el buen partido de Nocioni, para sacar siete de ventaja, que se hicieron 16 en el último con un parcial de 11-2. No en vano el “dale que no te pueden parar” de Scola a Campazzo tras un doble y una falta.
Venezuela revivió por errores argentinos y con un parcial de 12-0 se puso a 4 puntos. Pero aparecieron Garino y la experiencia de Nocioni, que sumaron y liquidaron la historia para obtener un triunfo clave con vistas a la segunda fase.