Entregaron el Premio Formentor a Ricardo Piglia
Por problemas de salud, el autor no pudo viajar. Schavelzon, su representante, dijo que Pigila trabaja con “una pasión renovada”.
Ayer se entregó en Mallorca el Premio Formentor. El mismo que hace más de 50 años compartieron Borges y Beckett fue, esta vez, para Ricardo Piglia, dueño de “una obra narrativa que se desenvuelve armónicamente entre la originalidad y la cultura popular y la tradición más exigente”, como señaló el jurado, integrado por Basilio Baltasar, el director de la Real Academia Española Darío Villanueva, y los escritores Félix de Azúa, José Ángel González y Marta Sanz.
En nombre de Piglia, quien aquejado de una esclerosis lateral amiotrófica no pudo viajar a Mallorca, el premio fue recibido por su agente literario, Guillermo Schavelzon. La relación entre ellos comenzó también hace cincuenta años, cuando ambos trabajaban para la editorial Jorge Alvarez. Schavelzon tenía 19 años y Piglia 23. “Aproveché sus ideas, sus lecturas, su trabajo de editor, sus escritos, y el tiempo que a lo largo de los años compartimos en largas charlas”, dijo el agente. Y además reconoció: “Nunca he aprendido tanto de Piglia como en el último año y medio, cuando algunos problemas de salud, a los que no les da mucha importancia porque solo afectan al cuerpo, le dieron el empujón necesario para trabajar, con una pasión renovada, en la edición de sus diarios”.
Se sabe: el de sus diarios era el proyecto de la vida de Piglia y así lo deja claro en 327 cuadernos, el documental con el que Andrés Di Tella registra el proceso de escritura, dictado y corrección de este proyecto que tendrá tres volúmenes y del que acaba de publicarse el primero Los años de formación.
En su discurso en Mallorca, Schavelzon también dijo: “Piglia se tomó doce años entre la publicación de su primera novela y la segunda. Cinco para la tercera, trece para la cuarta. Siempre me decía: hay que escribir mucho y publicar poco, lo que dicho por un escritor a su agente literario no deja de ser una paradoja. Sabemos que se publica más de lo que se escribe –cito de La forma inicial—: ‘¿Por qué tengo que obedecer a una lógica que dice que si no publicás una novela por año no estás presente? Me dicen: te van a olvidar. Mejor, que me olviden, ¿Para qué quiero que me recuerden como una especie de sello que cada vez que sale una novela mía ya saben lo que es?”.