Cristina visita por última vez la ONU y hablará de los fondos buitre
Mañana dará su discurso ante la Asamblea. Preferiría no cruzarse con el presidente de EE.UU.
Vigésimo tercera en turno, después del presidente de Zimbawe y adelante del de Bielorusia, Cristina Kirchner encarará este lunes 28 su último discurso como presidente ante las Naciones Unidas. A la mañana habrán abierto la sesión los jefes de Estado de Brazil, seguido por Estados Unidos, China e Irán, entre otros.
Cristina llega a una ciudad aún impregnada por el magnético mensaje pastoral, humanista y social de otro argentino: el Papa Francisco. Al momento, la mandataria tiene una discreta agenda que igual va cambiando con las horas. Tras llegar ayer, hoy a la mañana hablará, junto a otros jefes de Estado en la Reunión de Líderes Mundiales por la Igualdad de Género y el Empoderamiento de las Mujeres. Tiene dudas de asistir mañana al almuerzo del secretario general de la ONU, Ban Ki Moon, donde debería estar Barack Obama y tampoco irá -siguiendo su tradición- a la cena que ofrece el presidente estadounidense a sus pares.
Cristina terminará su mandato con una muy mala relación con Obama, encandilado en cambio por el Papa. En su discurso de la Cumbre de las Américas, de Panamá, lo acusó de implementar una política “ridícula” hacia Venezuela. Eso, en Washington ni se olvida ni se perdona.
Cristina nunca faltó a la Asamblea de la ONU en sus dos períodos de gobierno, aunque al enviudar dejó de lado algunos rituales –caminar por el Central Park, por ejemplo– de cuando venía como primera dama.
También el clima político para su gobierno es otro en la relación con Estados Unidos y la poderosa colectividad judía neoyorquina. Su giro en la cuestión por el atentado a la AMIA, es un antes y un después, tema que en la delegación argentina esperan que esté presente en su discurso este lunes. Irán nunca mostró interés en avanzar con el memorandum de entendimiento sobre la cuestión AMIA. Y en la Justicia argentina sigue sin definirse si es o no inconstitucional.
Cristina optó por atacar las acciones del fallecido fiscal Alberto Nisman, cuya línea en cambio seguía Néstor Kirchner.
Para afinar esa letra llegó aquí el titular de la Agencia Federal de Inteligencia (AFI), Oscar Parrilli. Pero la semana pasada, el Congreso Judío Mundial sentenció que no creía “en nada” de lo actuado hasta el momento ni por el Ejecutivo ni el Parlamento y urgió al esclarecimiento de esa muerte. Junto a Cristina, se lo vio a Sergio Burstein, familiar de víctimias de la AMIA.
Cristina llegó ayer antes del mediodía y se sumergió pasadas las 12 en el hotel Mandarin Oriental, del Columbus Circle.
Aunque el lunes la espera un cacerolazo que se han convocado por las redes sociales bajo la consigna “Vení a decirle ‘Chau a Cristina Kirchner”, la Presidente tuvo ayer una grata sorpresa. Un matrimonio de argentinos de visita quiso sacarse una foto con ella. Lo logró. El es un veterano de Malvinas, que se identificó como José L. Caloto.
Además de la llamativa aparición de Parrilli, en el Tango 01 llegó también el secretario de Legal y Técnica, Carlos Zannini, quien dejó por un rato la campaña electo- ral como vicepresidente de Daniel Scioli. Zannini ha tenido una activa participación en los discursos de los Kirchner ante la ONU.
De jeans, y descontracturado el número uno de la AFI recibió rápidamente un reporte de la embajadora ante la ONU, María Cristina Perceval, cuyo lobby fue crucial para que la Argentina lograra que la Asamblea General le aprobara la resolución sobre la regulación de la reestructuración de deudas soberanas. Cristina y Axel Kicillof –que debería llegar por vuelo comercial– lo traen como un triunfo.
En el avión presidencial vino el canciller Héctor Timerman, a quien le gestionan bilaterales con sus pares de Palestina, Túnez, Emiratos Arabes Unidos y Nicaragua. También el secretario de Comunicación Pública, Alfredo Scoccimarro.