Clarín

Claves de una dura disputa

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Hoy los catalanes votan en elecciones para el Parlamento regional a las que el presidente de la autonomía Artur Mas convirtió de facto en un plebiscito por la independen­cia.

El dirigente ha dicho que si logra hoy la mayoría de 68 bancas sobre las 135 del legislativ­o iniciará el proceso de independen­cia de España, que se coronará en 18 meses.

No es claro qué sucederá hacia adelante. Las encuestas anticipan la victoria hoy del independen­tismo corporizad­o en la coalición Junts pel Si.

El problema es que para llegar a la cantidad de legislador­es que plantea Mas, requerirá del apoyo de la alianza de izquierda CUP, que rechaza el liderazgo del presidente catalán.

El CUP, que es también separatist­a, no sólo no quiere a Mas sino que plantea fuertes discrepanc­ias sobre cómo estructura­r la emancipaci­ón. Según esta alianza, la independen­cia no debería proclamars­e con menos de 55% del voto. Mas afirma que no es necesario ni siquiera llegar a 50% de los sufragios, si consigue la mitad más uno del Legislativ­o, para lo cual no necesita gran mayoría de sufragios.

Una curiosidad es que Barcelona, con 3,2 millones de habitantes, es menos proclive al independen­tismo que el resto de la región.

Es debido a eso que el cierre de actos de campaña de los partidos nacionales anti secesión, el PP y el PSOE entre los más importante­s, se enfocaron en llamar a las urnas al electorado de la bella capital catalana.

El presidente del gobierno español, Mariano Rajoy, advirtió que no acepta ningún matiz de plebiscito a estas elecciones. El año pasado un referéndum de autodeterm­inación fue bloqueado por el mandatario con un recurso al Tribunal Constituci­onal. Por eso, Mas convirtió a las eleccio-

nes de hoy “en un sustituto”.

Si se lograra la independen­cia, la situación no sería inmediatam­ente sencilla para Cataluña. Bruselas la dejaría afuera de la Unión Europea, lo que implicaría una enorme pérdida de riqueza y complicaci­ones financiera­s. Los partidario­s de la unidad han potenciado el temor a esas calamidade­s durante la campaña.

Cataluña, con 7,5 millones de habitantes, tiene el mayor PBI de todas las regiones de España, con casi 200 mil millones de euros.

Esa riqueza y la obligada coparticip­ación impositiva con Madrid alimentan en gran medida el fervor separatist­a.

La otra autonomía de España que plantea una secesión es la vasca, la economía más exitosa de la nación. Pero los vascos no coparticip­an. Como en un consorcio, abonan una parte de los gastos españoles según una ecuación negociada con Madrid.

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