Más de 20 mil hinchas se rieron de la prohibición
Desde varias provincias llegó gente para alentar al visitante. Capitanich ordenó abrir las puertas a minutos del comienzo.
Poco importó que Crucero del Norte esté prácticamente condenado a perder la categoría. Menos, haber acumulado otra derrota para la estadística de una paupérrima campaña en la temporada. La pasión esta vez se mudó al equipo rival y ceder la localía, trasladándose desde Garupá -a 22 kilómetros de Posadas- hasta Resistencia, al cabo le significó un negocio redondo.
Estaba claro que para los misioneros -su club se fundó hace 26 años- era un partido histórico. Jugar ante el campeón de América en su primera experiencia en Primera División, más allá de lo estrictamente futbolístico, representaba la posibilidad de oxigenar su economía para repensar el futuro que lo volverá a tener el próximo año en la Primera B Nacional.
La prohibición de la presencia de público visitante en esta ocasión quedó solamente expresa en un comunicado emitido en la semana, en la que se pidió enfáticamente que se “respetaran las normas vigentes”. No fue así. Ni siquiera el abultado precio que le pusieron a los boletos (350 pesos las entradas populares; entre 750 y 1.000 las plateas) pudieron ponerle un freno a la admiración y las ganas de ver a esos jugadores que solo pueden disfrutar a través de las imágenes del televisor. Así, más de 20 mil simpatizantes de River le aportaron el color y el calor esperado al estadio Centenario y disfrutaron de la victoria de esta formación alternativa de Marcelo Gallardo, que optó por reservar a los titulares para la revancha ante Liga de Quito por la Copa Sudamericana.
Muchos llegaron desde Corrientes y Formosa, otros tantos de las localidades próximas a la capital chaqueña, también desde el norte de la provincia de Santa Fe. Algunos se animaron a recorrer los 1.020 kilómetros que separan al Monumental del Centenario. No se completó la capacidad del estadio (es de 25 mil localidades) y a minutos de comenzar el partido, la platea oficial estaba ocupada en un 30 por ciento, pero bajó la orden del ex gobernador y electo intendente Jorge Capitanich para que abrieran las puertas e ingresaran quienes esperaban en las inmediaciones. Los auténticos hinchas de Crucero del Norte no superaron el centenar, pero en verdad nadie se privó de la gran fiesta popular.