El señor espía
La Cámara Federal anuló una decisión de un juez de rechazar el pedido en ese sentido del fiscal. Ahora fijará una fecha.
Especializado en inteligencia durante su paso por el Ejército, que llegó a comandar pese a estar acusado por la desaparición de un soldado durante la dictadura, quiere volver al poder: le envió señales a Scioli para ser parte de su equipo de espías.
Tras ocho meses de deliberación la Cámara Federal de Apelaciones de esta capital anuló la resolución del juez federal Daniel Bejas que denegaba el pedido de indagatoria al ex jefe del Ejército, César Milani el pedido había sido realizado por el fiscal federal Carlos Brito para analizar los hechos ocurridos en junio de 1976 que concluyeron con, la desaparición del conscripto riojano -de servicio en Tucumán- Alberto Ledo.
Milani, que fue echado unos meses atrás a la jefatura del Ejército tras una pelea con el secretario Legal y Técnico de la Presidencia, Carlos Zannini, será, entonces, indagado en fecha a determinar por el juez Cejas por una serie de irregularidades y falsedades en la documentación que se usó entonces para declarar como desertor a Ledo. Hasta ese momento, Milani también realizaba tareas de espionaje para el Gobierno.
Por el hecho se encuentra detenido el capitán Esteban Sanguinetti por ser el responsable de la desaparición del solado que prestaba servicios en su unidad cuando estaban en Monteros, al sur de la provincia.
La causa contra Milani estuvo ralentizada durante meses y más aún cuando se encontraba al frente del Ejército.
Los camaristas Marina Cossio y Ernesto Wayar junto al conjuez Marcelo Herrera defendieron el derecho de las víctimas que una investigación judicial sea garantizada por un juez competente y agrega que “a querellante es titular del derecho de esclarecer las circunstancias en que se produjo la desaparición de su hijo y de reconstruir la propia historia, derechos que están estrechamente ligados a la dignidad del hombre”,
De tal manera que Bejas tendrá que volver a analizar los hechos y volver a pronunciarse por lo que habría más posibilidades de que el militar tenga que presentarse en los estrados judiciales para dar explicaciones cosa que había logrado con diversas artimañas y artilugios procesales desde diciembre del año pasado cuando el fiscal Brito pidió su indagatoria. Las decisiones tomadas por Bejas fueron tildadas de arbitrarias la madre del conscripto, Marcela Brizuela de Ledo que lo busca desde entonces cuando vino a Tucumán para visitarlo y no lo encontró el 17 de julio de 1976.
Mientras tanto en Buenos Aires, la Corte Suprema de Justicia eludió pronunciarse en una causa paralela al caso Ledo. Los jueces Ricardo Lorenzetti, Elena Highton de Nolasco, Carlos Fayt y Juan Carlos Maqueda resolvieron “dar por desistido” el pedido de ‘per saltum’ porque llamativamente el procurador adjunto ante la Corte Suprema, Eduardo Casal, dictaminó que “desistía de la instancia revisora”.
El pedido de ‘per saltum’ (recurso que evita el paso de instancias previas) había sido presentado por el fiscal general ante la Cámara Federal de Tucumán, Gustavo Gómez, quién objetó la designación de un secretario, Marcelo Herrera, como juez subrogante del caso. El 28 de junio pasado, en el aniversario de la desaparición de Ledo, varios organismos defensores de los derechos humanos y la familia del soldado presentaron en Tucumán acciones de ‘habeas corpus’ para determinar qué había ocurrido con él.