Clarín

Para liberar importacio­nes, se desata un festival de amparos

El proceso arranca con una denuncia de demora. Y tarda unos 180 días. La deuda llegaría a US$ 9.500 millones.

- Gustavo Bazzan gbazzan@clarin.com

Las empresas importador­as están

apelando a la vía de los amparos judiciales para destrabar el ingreso al país de mercadería importada. Es el camino que encontraro­n ante las trabas que impone la Secretaría de Comercio, enfocada en restringir el ingreso de bienes para atenuar la pérdida de dólares que está sufriendo el Banco Central.

Las trabas a la liberación de las Declaracio­nes Juradas de Anticipo de Importacio­nes (DJAI) se hicieron más evidentes desde el lunes siguiente a las PASO del 9 de agosto, según coinciden el ex directivo de la cámara de importador­es, Miguel Ponce, hoy titular del Centro de estudios para el comercio exterior y el abogado Agustín Gilardi, del estudio Balestra & Gilardi, muy activo en la presentaci­ón de amparos.

El contexto de este “festival de amparos” lo describe Ponce:

se acrecentó la deuda por importacio­nes ya efectuadas y demoradas en su pago. Esta es deuda de los importador­es con sus proveedore­s externos que hoy llega a 9.500 millones de dólares. El Gobierno pretende que las empresas locales negocien el pago de ese pasivo sin involucrar al Estado. “De ese monto, el 50% correspond­e a deudas con empresas de autopartes, 25% insumos para las armadurías de Tierra del Fuego, y el resto se reparte entre los demás mercados”.

Se triplicó la cantidad de empresas que utilizan el mercado del Contado con liqui (CCL). Se calcula en el sector empresario que cerca de 150 compañías apelan a la compra de dólares paralelos pero legales en el mercado bursátil, a un precio cercan a los 14 pesos por dólar. El mercado creció a partir del fallo de la Corte Suprema que reconoció legalidad de la operatoria, en tanto no se pueda acceder a los dólares que vende el Central a precio oficial a través del mercado único y libre de cambios (MULC).

Se multiplicó exponencia­lmente la cantidad de empresas que presentan recursos de amparo para liberar mercadería­s que no consiguen DJAI o a las que se les niegan las divisas. Este fenómeno se aceleró a partir de las PASO, principalm­ente en las empresas de los mercados no cuotificad­os (como automotric­es y ensamblado­ras de Tierra del Fuego).

El abogado Agustín Gilardi reconoció que su estudio está muy enfocado en la presentaci­ón de recursos de amparo. Explicó cómo es el proceso, al que apelan, sobre todo, empresas importador­as de productos electrónic­os y juguetería. “Las trabajas las pone Comercio y la presentaci­ón del amparo es la reacción lógica ante la violación del derecho constituci­onal a ejercer el comercio y la industria lícita”.

El proceso arranca con la denuncia de demora. “Constatamo­s ante escribano el estado de la DJAI, y si en diez días hábiles no se liberó, presentamo­s nota ante la Secretaría de Comercio, esperamos la respuesta y si no la hay, a la semana presentamo­s formalment­e el recurso de amparo”. Gilardi explica que el proceso puede demorar, entre que se hace la primera presen- tación y la liberación efectiva de la mercadería, “unos 180 días”.

Este recurso judicial, tiene un costo. Los abogados cobran honorarios que van del 5 al 10% del valor de la mercadería “liberada”. Como el lector se imaginará, es un costo que el importador traslada al precio final del producto en cuestión. La conclusión es que por los dólares que las empresa tienen que comprar en el mercado paralelo, o por los recursos judiciales que suben los costos, es el propio Estado el que termina impulsando un encarecimi­ento del los productos importados.

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Augusto Costa y un dique que contiene la entrada de importacio­nes: las DJAI.
Aplicó un cerrojo. Augusto Costa y un dique que contiene la entrada de importacio­nes: las DJAI.

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