Desde los Benjamines hasta las estrellas de Toulon

Se divertía Nicolás Sánchez cuando jugaba en El Salvador, el anexo de Tucumán Lawn Tennis. Desde los 8 años disfrutaba corriendo detrás de la pelota ovalada cuando todavía era parte de los “Benjamines”, como apodan a los infantiles del club del parque 9 de Julio en la capital provincial. En aquella cancha que iba desde la línea del ingoal a la de 22 yardas ya se destacaba aquel pibe diminuto y tímido pero sumamente aguerrido... “Chapulín”, “Moner”, “Payo”, “Chuchú” y Agustín eran algunos de sus mejores amigos que ya veían en él a alguien distinto. Porque Sánchez, desde chico, supo que algún día sería un Puma. Y quizá, hasta se animó a confesárselo a Federico Durbá, ex compañero suyo en el instituto JIM, el mejor compadre que encontró como medio scrum en aquellos años y con quien, más tarde, compartiría plantel en Los Pumitas. El periodista Santiago Espeche habla de que un partido le cambió la vida a Nico Sánchez. Tenía 17 años y Tucumán Lawn Tennis enfrentó en un duelo clave a Tucumán Rugby como visitante. Fue tan soberbia su actuación que Bernardo Urdaneta, su entrena- dor, lo llamó para su primer seleccionado provincial con el que ganó el Campeonato Argentino juvenil en 2006. Ahí arrancó todo. Y ahí empezó a formarse este apertura que podría jugar tranquilamente como primer centro, este tackleador temible, este pateador mortífero a los postes, este jugador que se lució en Toulon al lado de grandes estrellas del mundo como Bryan Habana, Matt Giteau, Bakkies Botha, Ali Williams y hasta los propios Juan Martín Hernández y Juan Martín Fernández Lobbe, por ejemplo. ¿Le falta mejorar? Seguro. Su juego con el pie puede desarrollarse mucho más, por ejemplo. A los 26 años -cumplirá 27 el lunes- Federico Nicolás “Cachorro” Sánchez tiene todavía un amplio margen para crecer.