Salir del cepo con gradualismo o shock, una decisión que supera a los candidatos
El FpV y Cambiemos coinciden en que las reservas son un limitante fuerte.
En el sciolismo usan la idea del gradualismo. Los economistas de Macri hablan de shock. Massa plantea el camino del medio: 100 días. Son los tiempos que manejan para la que será una de las pruebas más urgentes y difíciles si les toca ser presidente: cómo abrir el cepo. Pero parece tratarse más de consignas ligadas a su marketing político que a las posibilidades ciertas que tendrán de manejar esos tiempos. Sin dólares en el Banco Central, gradualismo y shock pueden ser palabras vacías.
El economista de cabecera de Daniel Scioli, Miguel Bein, escribió esta semana que “el deterioro del balance del BCRA -contracara del desendeudamiento sin superávit fiscal- requiere en el arranque de una estrategia de recomposición de las reservas”. Carlos Melconian, de estrecha confianza de Mauricio Macri, es más crudo aún: “Ya estamos con reservas negativas”. ¿Qué quiere decir? Que si a las reservas nominales (ayer cerraron en US$ 27.300 millones) se les restan el swap chino, los créditos de organismos multilaterales y bancos centrales, etc., y quedan unos US$ 13.000 millones. “De eso, 2.000 millones son oro, así que divisas son 11.000. Hay 8.000 de encaje de depósitos y 2.000 de pagos bloqueados del BoNY, más Cedines y Lebacs en dólares. Al 20 de octubre, las reservas ya eran 100 millones negativas. Los dólares están en el Banco Central, pero no son suyos. Y al ritmo de venta diaria, más deuda que vencen de aquí a diciembre, dejarán
el gobierno con un rojo en las reservas de 3 o 4 mil millones”, agrega Melconian.
“Sin dólares en el Banco Central es difícil administrar una devaluación, primero vamos a tener que conseguirlos”, reconoce otro economistas del PRO, que tiene chances de sentarse en el BCRA si Macri es presidente. Esto es: no se puede liberar el tipo de cambio sin reservas suficientes para ponerle un techo a la devaluación. Y si no hay dólares en el Central, entonces, ¿cómo aplicarán la política de shock? Además de “detalles” como que necesitarían gobernabilidad en el Congreso para poder enfrentar esa situación. Alguno especula con ofrecerle la presidencia de la Cámara de Diputados a Sergio Massa con ese objetivo. Otros dicen que los temas principales (bajar las retenciones, la devaluación misma, bajar el impuesto a las ganancias para compensar esa devaluación) no requieren leyes. Pero es otro escollo a la hora de pensar el shock que declama Cambiemos.
Ahora vayamos al terreno del Frente para la Victoria. Ellos dicen que van por el gradualismo. Cuando se les plantea que para eso también necesitan reservas, la respuesta es la de Scioli: “dólares no van a faltar”. Pero cuando se le pide a Silvina Batakis que precise el tema dice que hay US$ 2.000 millones de soja sin vender. “A mi me dijo Bein que son 4 o 5 mil millones”, la corrige Scioli. En la cuenta el equipo de “la griega”suma además 3.000 de un crédito contingente del
Banco Mundial, 1.500 de la línea de crédito del mismo banco que ya acordó Kicillof, los créditos de las provincias autorizados por la Nación. “Axel ha hecho parte de la tarea para la caja del año próximo”, dicen en La Plata. Igualmente, en el entorno de Batakis dan una precisión adicional. “Las medidas se toman de una, los efectos son los que son graduales”. Eso cambiaría pronto las expectativas, agregan.
A todo eso hay que sumarle, en los dos equipos, los planes de blanqueo de capitales y la negociación rápida con los buitres pa
ra poder salir al mercado a tomar deuda. Pero los tiempos de esos proyectos no los maneja la voluntad de un candidato, sino la dura realidad de las negociaciones.
Gradualismo o shock, así, son un discurso para diferenciarse. Pero no parece que sea algo que el futuro presidente pueda manejar a voluntad.