Mañana también vota Brasil
A
unque las crisis no son nuevas, a la que actualmente afronta Brasil, la padece Argentina. Mañana se elige con el voto un nuevo destino. Pero en los cordones industriales y en las economías regionales, que embarcan sus producciones hacia el vecino y socio, Brasil también vota. Hasta hace poco, la economía brasileña era una de las mayores estrellas globales. ¿Qué ha pasado para que deje de ser uno de los países más potentes y se encuentre en una situación tan mala en apenas un año?
“Es una crisis política”, soltó un empresario textil brasileño, con plantas en ambos países. “Hay falta de consenso en Brasil sobre cómo arreglar la economía. Esta crisis golpea a la Argentina por los profundos intereses recíprocos”, amplió.
En Argentina se cuentan 130 empresas brasileñas que invirtieron US$ 17.000 millones y generan 150.000 empleos directos. A su vez, hay 40 firmas argentinas en Brasil que desembolsaron US$ 8.500 millones y emplean a 40.000 personas. En ese lote se contabiliza la presencia dominante del grupo Techint en Usiminas, el coloso de la siderurgia brasileña. Esta semana, la cámara de comercio binacional cumplió un siglo. En la fiesta, en la que predominaron gestos preocupados, se supo que Fiesp, la voz de los industriales paulistas, envió un mensaje a la clase política con tal de evitar el derrumbe.
Por cierto, la devaluación del real les está permitiendo volver a exportar y mejorar la balanza comercial. La moneda brasileña, que estaba en 2011 a 1,63 reales por dólares, saltó a casi 4. En la Fiesp calculan que se estabilizará en 3,3 reales por dólar. Aún así, los made in Argentina resultan caros para Brasil. Muchos importadores brasileños están cancelando sus pedidos.
“Argentina tiene suerte, viene una etapa de diálogo”, relativizó el industrial brasileño. Según razona, “la relación entre los dos países es inevitable, para Brasil no existe la opción de descartar a la Argentina. Y para Argentina, tampoco”.