Juzgan a un sommelier acusado de violar y asesinar a su madre
El sommelier y empresario gastronómico Luciano Carlos Sosto, de 37 años, comenzará a ser juzgado mañana bajo una acusación terrible: la de haber violado y asesinado a su propia madre en 2013, en el barrio porteño de Palermo.
Sosto, un reconocido sommelier que ganó concursos y premios internacionales y que fue dueño de su propio restorán –“Lucky Luciano”, en la zona del Zoológico porteño–, llegará preso al debate en el que lo juzgarán por el crimen de su madre, la psicóloga Estela Garcilazo (69).
El sommelier –hijo del dueño de otro conocido restorán, “Guido’s Bar”– lleva ya un año y diez meses preso en el penal de Marcos Paz. Por los delitos que le imputan – homicidio y abuso sexual, ambos agravados por el vínculo–, arriesga una condena a prisión perpetua.
La existencia o no del abuso será uno de los temas clave del juicio, ya que en su momento estudios complementarios a la autopsia determinaron que en la vagina de Garcilazo había “fosfatasa ácida prostática”, una de las proteínas del semen. Las muestras no alcanzaron para obtener un perfil genético.
Por esa falta de datos, el juez de instrucción que detuvo a Sosto, Hernán Martín López, en su momento procesó a “Lucky” por el homicidio pero lo sobreseyó parcialmente por el abuso de su madre.
Pero la fiscal de instrucción Graciela Bugeiro insistió con la acusación en una apelación y logró que el sommelier también vaya a juicio por el presunto ataque sexual.
La defensa de Sosto utilizará este supuesto abuso sexual como una herramienta a su favor: sostendrá que el sommelier jamás podría haber violado a su madre, entre otras cosas porque es homosexual.
El crimen ocurrió el 26 de diciembre de 2013 en un edificio de la calle Seguí 4444, de Palermo, frente a la residencia del embajador de Estados Unidos. Sosto vivía en el 5° “B” y su madre, en el departamento de abajo, el 4° “B”.
El sommelier dijo que aquel día, alrededor de las 15, encontró a su madre agonizando tirada boca abajo en la cocina de su departamento. Y que llamó en dos oportunidades al servicio de emergencias del Hospital Alemán.
Pero la médica de la ambulancia que concurrió se dio cuenta de que la mujer había muerto horas antes y que tenía varios golpes. Ese fue el comienzo de las sospechas que ahora Sosto intentará aclarar.