Egipto, más cerca de la teoría de un atentado contra el avión ruso
Los investigadores admiten que hubo “un ruido” segundos antes del colapso. Esto da aire a la idea de un ataque.
Los investigadores de Egipto admitieron ayer que en las cajas negras del avión ruso se escucha un ruido extraño justo antes de que se estrellase con 224 personas a bordo en el Sinaí. El dato da aire a la teoría de un atentado, algo que hasta ahora las fuentes de la investigación en El Cairo se negaban a considerar. Pese a ello, el gobierno egipcio continuó resistiéndose a abonar oficialmente esta hipótesis y asegura que la información obtenida no permite aún sacar ninguna conclusión de lo sucedido.
“Se escuchó un ruido en el último segundo grabado por la caja negra”, afirmó ayer el director del equipo de investigación internacional, Ayman al Mokadem, en una rueda de prensa en El Cairo. Y agregó que “se llevará a cabo un análisis en laboratorios especializados para identificar la naturaleza de ese sonido”.
El ministro de Exteriores egipcio, Sameh Shoukri, fue más contundente por su parte al salir al cruce de las versiones de Gran Bretaña, Francia y Estados Unidos, países que vienen insistiendo con la idea de que se trató de una bomba colocada por los terroristas en el equipaje. “No hemos excluido ninguna posibilidad, pero no adoptaremos ninguna hipótesis hasta que concluyan las investigaciones”, afirmó el funcionario.
Shoukri criticó a las potencias occidentales por lanzar esa versión a través de meras “fuentes” sin brindar datos concretos. “Somos la parte más cercana a este asunto, esperábamos que nos suministrasen la información técnica disponible, en lugar de difundirla a través de la prensa de esta forma”, lanzó. Mokadem también se pronunció en ese sentido: “Este comité urge a las fuentes de esas informaciones a proporcionarnos toda información que pueda ayudarnos en nuestra misión”.
Otro dato importante surgido ayer desde la Comisión de Investigación de Egipto señala que “la enorme dispersión por el suelo de los restos” del Airbus A–321 de la empresa Metrojet demuestra que “el avión se destruyó en pleno vuelo”. La chatarra quedó esparcida en un radio de 13 kms.
Desde la semana pasada, Francia, Reino Unido y Estados Unidos le dan prioridad clara a la posibilidad de una bomba en el interior del A321, que se estrelló el sábado 31 de octubre, minutos después de despegar del aeropuerto egipcio de Sharm el Sheij con destino a San Petersburgo, causando la muerte de los 217 pasajeros y siete tripulantes.
Según expertos de Inteligencia británicos citados por el sitio Security Middle East, no se habría tratado de una bomba tradicional, sino de un artefacto explosivo similar a un cilindro de gas. Al estallar en la bodega a 10.000 metros de altura, el cilindro fue capaz de causar la descompresión y desintegración de la aeronave.
La cadena británica BBC, en tanto, aseguró que “los investigadores de los servicios de seguridad británicos sospechan que alguien con acceso al compartimiento de equipaje del avión insertó el artefacto explosivo dentro del equipaje, poco antes de que el avión despegara”. Lo mismo sostiene la televisión pública francesa France 2, citando fuentes de la investigación. “Todo es normal, absolutamente normal durante el vuelo y de repente nada”, señaló un informante al canal. Y detalló que los datos en una de las cajas negras del avión ruso confirman un evento “brutal” y “repentino” que causó la caída.
A las pocas horas de la caída del avión la agrupación yihadista Wilayat Sinaí, ligada al grupo terrorista ISIS, se atribuyó la responsabilidad del supuesto ataque, pero sin explicar cómo lo llevaron a cabo. “Nosotros somos los que lo hemos abatido al avión, gracias a Alá, y no estamos obligados a revelar la forma en que lo hicimos”, afirmaron a través de un comunicado. Argumentaron que el atentado fue en represalia por los bombardeos que está llevando a cabo Rusia contra el ISIS en Siria.
Moscú, al igual que Egipto, no admite aún que se trate de un atentado. Pese a ello, decidió suspender todos sus vuelos al país árabe y repatriar a los turistas rusos que hay en la región, alrededor de 80.000. La misma decisión adoptaron días antes el Reino Unido, Francia, Alemania e Italia.