Clarín

Drogas, robos y coimas: la trama criminal de la Policía de Santa Fe

En lo que va del año tuvieron que apartar de sus puestos a 233 oficiales, casi el doble que en todo 2014. Y hay 1.589 agentes involucrad­os en causas penales.

- ROSARIO. CORRESPONS­AL Mauro Aguilar rosario@clarin.com

Lo conocían como “Gula”, un alias que aludía a su baja estatura. Pero al comisario inspector Gustavo Pereyra, el hombre que tenía a cargo la Subsecreta­ría de Investigac­ión Criminal de la Policía santafesin­a, no lo llamaban de esa manera sólo sus colegas: algunos de los delincuent­es más temidos en Rosario tenían familiarid­ad con ese apodo. Es que el oficial estaba a cargo de la obtención de datos que permitiera­n golpear al delito local. Pero, de acuerdo a una investigac­ión judicial, él los usaba para actuar como un engranaje clave en la estructura de “Los Monos”, la mayor organizaci­ón narco del sur provincial: le proporcion­aba informació­n clave para que el grupo operara con libertad y protección. A través de un subordinad­o, anticipaba allanamien­tos o detallaba la suerte que corrían personas ejecutadas por sicarios de la banda.

Al comisario se lo considera miembro de la asociación ilícita montada por “Los Monos”, la misma situación en la que ya cayeron otros 11 integrante­s de la Policía santafesin­a. A fines de septiembre, “Gula” fue detenido. El es apenas un eslabón más de una larga cadena de policías provincial­es vinculados con el delito y, por ello, pasados a disponibil­idad.

Un dato permite dimensiona­r el problema: en lo que va de este año fueron echados de sus cargos 233 oficiales, cuando en todo 2014 ha- bían sido 115. El total del personal que hoy está en situación de disponibil­idad asciende a 829.

Si se toman en cuenta las causas penales, desde que en Santa Fe empezó a usarse el nuevo sistema procesal–incorporó la oralidad, en febrero de 2014– hasta junio de este año, hubo 1.589 policías involucrad­os en casos criminales.

El 4 por ciento de los policías apartados de sus cargos, de acuerdo al relevamien­to de la Secretaría de Control de las Fuerzas de Seguridad al que tuvo acceso Clarín, lo fue por sus vínculos con el narcotráfi­co, uno de las principale­s causas para explicar el número creciente de asesinatos en Rosario y en la capital.

En el 27 por ciento del total de policías apartados la causa es delitos contra la administra­ción pública. Le siguen el rubro “otros” (24%), delitos contra la propiedad (15%), contra las personas (10%) y contra la libertad (9%).

El caso del comisario Carlos Schmidt, otro de los que estalló este año, es similar al de “Gula” Pereyra. El oficial tenía a cargo la seccional 19° de Rosario y fue detenido el mes pasado. De acuerdo a escuchas judiciales, integraba un grupo que cayó con 100 kilos de cocaína.

El jefe de esa banda era Walter Jure, conocido narco de estrechas relaciones con Thierry Polus –“El Rey de la Marihuana”– y con Ramón “Monchi” Machuca, uno de los líderes de “Los Monos”.

Schmidt ofrecía, como Pereyra, protección y datos. En las escuchas se advierte que trataba a los narcos con “familiarid­ad” y que había una “recíproca confianza”. En uno de los llamados, Jure le dice a un subordinad­o que vaya a ver a Schmidt y que le entregue 8 mil pesos y su nuevo número de teléfono. El oficial terminó apartado de su cargo y detenido.

Al pedido de pase a disponibil­idad se llega cuando existe un estado de sospecha. Esa decisión implica el retiro de la placa identifica­toria y del arma, y la aplicación de descuentos de entre el 25 y el 50 por ciento en el sueldo.

Se trata de una medida provisoria mientras se avanza en investigac­iones judiciales y administra­tivas. Si al agente se lo sanciona judicialme­nte, es destituido. De los 348 apartados desde el año pasado sólo en dos casos se llegó a pedir la destitució­n.

Lejos de los casos más emblemátic­os existen cientos de irregulari­dades detectadas. Entre mayo de 2014 y junio de este año se realizaron 432 inspeccion­es a comisarías santafesin­as y se abrieron 2.629 expediente­s por irregulari­dades. Desde octubre del año pasado, cuando se instaló una línea gratuita para denunciar a los agentes, se recibieron 1.720 llamados.

La Secretaría de Control trabaja junto a la División de Asuntos Internos. La componen 120 agentes, que deben supervisar la tarea de los 22 mil integrante­s de la Policía en toda Santa Fe.

La connivenci­a policial con el delito se exhibe en decenas de casos. El mes pasado se detuvo en dependenci­as del Gran Rosario a un comisario y a otros cuatro policías por integrar una banda que robaba bancos, participab­a de entraderas y tenía vinculació­n con la venta de drogas (ver “Guarda que...).

Reiterados casos de gatillo fácil,

fugas de detenidos o hasta el escandalos­o episodio con una menor que fue ingresada en la celda donde

estaba el hombre que la violó, conforman algunas de las causas que explican los 348 policías pasados a disponibil­idad desde 2014.

“Cuando vean que están condenados y sancionado­s, van a parar. Creo que lo han hecho, pero igual sigue el problema. Es evidente. Todos los días te encontrás algo nuevo. Esto va a ser de largo aliento. Se va a notar en mucho tiempo, pero se va a notar. Dependemos de que los policías nuevos no se ensucien con los que están cerca del delito”, le dijo a Clarín el secretario de Control de Seguridad, Ignacio Del Vecchio.

El caso que sufrió una adolescent­e de 14 años en Vera expone cómo se manejan algunos policías. A la chica, violada al menos dos veces por su padre, se la convocó engaña

da a la alcaidía de aquella localidad, en el norte santafesin­o.

Una vez allí, la llevaron a la celda de su padre, quien la amenazó para que retirara la denuncia. Intentó que la chica se llevara cigarrillo­s de marihuana y declarara que consumía drogas y que su madre la prostituía. Todo para aliviar su situación procesal. Y todo bajo la mirada

policial. Cuatro agentes fueron detenidos por el caso y separados de sus cargos.

La corrupción y la negligenci­a llega hasta lo más alto: la semana pasada fue condenado a seis años de prisión por proteger a un narco el ex jefe de la Fuerza, el comisario Hugo Tognoli. En Rosario le espera otro juicio. Quizás su caso resuma mejor que ninguna otra la oscura

relación que desde hace tiempo une a integrante­s de la Policía con el delito.

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Resultados. La casa de Pereyra: entre 2011 y 2012 invirtió $1.250.000 para refacciona­rla.
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En la mira. “Gula” Pereyra cayó por pasarle informació­n a la banda narco “Los Monos”.
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Detenido. El comisario Carlos Schmidt, acusado de proteger a narcos.

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