Clarín

Colón también disfrutó de otro objetivo

Se había salvado del descenso y ahora quiere más. Sperduti, con sus goles, lo hizo posible.

- SANTA FE. CORRESPONS­AL. Erico Vega santafe@clarin.com

Pelear por no descender, a veces, trae premios de yapa. Colón, que la semana pasada estaba pispeando de reojo el descenso, ayer se clasificó a la pre liguilla de la Copa Sudamerica­na. Decoró un campeonato magro de puntos con una caricia para los hinchas. Se lo dio vuelta a Gimnasia por dos a uno, con dos golazos de Mauricio Sperduti, en lo que fue la tercera victoria consecutiv­a del conjunto sabalero. Gimnasia dejó una pálida imagen y careció de reacción en todas sus líneas pese a comenzar adelante en el marcador. Alan Ruíz, Cristian Llama, Pablo Ledesma, Cristian Guanca y Mauricio Sperduti son los nombres propios que le pusieron -en este último tramo del torneo- el juego y los goles a Colón (apareciero­n tarde, es cierto, pero finalmente apareciero­n). Nadie puede pensar que estos jugadores — en un nivel medio- pueden desbarranc­ar a otra categoría. Faltaba que se encuentren y hagan lo que saben hacer. Ayer dieron otra muestra y terminaron el torneo con una frutilla inesperada. Sin embargo, el panorama comenzó beneficios­o para el Lobo platense. Ojo, era demasiado premio para Gimnasia haberse encontrado con el gol a los siete minutos del comienzo como producto -encima- de virtudes ajenas. Un error en la toma de decisiones entre Yamil Garnier e Ismael Benegas le facilitó el gol a Mendoza. Pero tal vez eso fue lo que necesitó Colón para despertar, para reaccionar. Siete minutos de siesta para levantarse enojado y con fútbol. Se prendieron los ejes del juego (Ledesma, Ruiz, Guanca, Sperduti, Llama) en el local y la paridad pareció caer por decantació­n. Sperduti -por derecha- le pegó con efecto y la pelota se metió en el segundo palo. Y si bien el primer tiempo culminaba empatado quedó la sensación de un Colón mejor plantado. Tuvo, además, llegadas claras para algo más. Por otro lado, en la semana, tal vez, mas complicada para el arbitraje, Andrés Merlos no colaboró para nada en desviar el foco sobre los jueces. En el complement­o el local confirmó su envión y selló el resultado con otro gol de buena factura. Otra vez Sperduti -la figura- clavó en la pared lateral de la red un derechazo violento. Quedó margen también para que Gimnasia -ya clasificad­o a la pre liguilla- busque la parda y llevó un par de sustos a los hinchas rojinegros. Y fueron eso solamente porque en las tribunas ya había festejo por partida doble: permanenci­a y -de yapa- una chance en la pre liguilla. Milagro no. Inesperado sí.

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