Triple fuga: un liberado y más sospechas
Es Marcelo Mallo, cercano al PJ de Quilmes y a Aníbal Fernández. Lo habían apresado en allanamientos derivados de la fuga. Denunció persecución política.
Con elogios a Aníbal, el barrabrava Mallo recuperó la libertad. Creen que la procuradora Falbo frenó 5 allanamientos.
Ya no niega su vínculo con el ex jefe de Gabinete, Aníbal Fernández, pero sigue insistiendo en que no tiene ni tuvo nada que ver con los prófugos del triple crimen de General Rodríguez. Ayer, después de estar detenido durante 48 horas, Marcelo Mallo, el ex líder de Hinchadas Unidas Argentinas, recuperó su libertad y habló de una detención “política”.
“En las elecciones acompañamos a Julián Domínguez como candidato a gobernador en la interna del Frente para la Victoria, y cuando perdió, después acompañamos la campaña de Aníbal”, confirmó al blanquear su militancia. Dijo que vive de la “actividad privada” y no de la militancia político. “Estoy orgulloso del compañero Aníbal Fernández”, agregó.
Al llegar a su casa en San Francisco Solano, Mallo defendió a Fernández y confirmó que en las últimas elecciones trabajó para la candidatura a gobernador de Julián Domínguez, pero que luego acompañó a Fernández en la provincia y a Daniel Scioli en la presidencia.
Mallo había sido detenido el domingo después que la Policía encontrara en su casa armas de fuego no declaradas y una picana eléctrica en el domicilio de su hija. Mallo fue allanado por pedido del fiscal de Brandsen, Mariano Sibuet, quien interviene en la búsqueda de Martín y Cristian Lanatta y Víctor Schillaci, por el tiroteo que estos habrían protagonizado en el reten policía de Ranchos el viernes 31. El fiscal ordenó ese allanamiento por la relación de Mallo con los prófugos.
Ayer, al recuperar la libertad, el barrabrava negó cualquier relación con los condenados por el triple crimen: “No conozco a los Lanatta, nunca fui a visitarlos a la cárcel. No vi nunca en mi vida a los Lanatta”, afirmó y opinó: “Un loco solo puede darle albergue a esta gente, no me cierra nada, muy de película”.
En efecto, por el momento, la justicia no pudo acreditar que Mallo hubiera colaborado o hablado con los prófugos, sino que había ordenado su detención por tenencia ilegal de armas de guerra, un delito excarcelable. “No tengo idea de por qué me allanaron, son fundamentos que ni el juez me puede explicar”, advirtió ayer Mallo, aunque agradeció la celeridad del juez de Garantías 2 de La Plata, César Melazo, quien firmó ayer al mediodía la orden para liberar a Mallo, su hija Brenda y su yerno.
Distinta es la situación de Marcelo “El Faraón” Melnyk, dueño de tres pizzerías, quien permanece detenido. Melnik admitió haber alojado a los prófugos en su quinta de Florencio Varela horas después de la fuga.
A diferencia de lo que habían advertido su abogado, José Novello, y algunos familiares, Mallo reivindicó su relación con Aníbal Fernán- dez, confirmó que trabajó con él políticamente y denunció que la suya fue una detención política. “Soy un barrabrava de los desprotegidos que abrazó la causa nacional y popular”, remarcó y defendió la administración tanto de Kirchner como de Cristina Fernández de Kirchner.
Consultado por su recorrido en la política, Mallo abundó: “Estoy vinculado al gobierno que llegó con Néstor Kirchner en 2003” y precisó que “cuando Aníbal Fernández fue intendente trabaje con él, y acompañe a Julián Domínguez en la campaña”. Sin embargo, luego aclaró tras la derrota de Domínguez en la interna bonaerense, luego acompañó “en la candidatura de Aníbal Fernández y Daniel Scioli”.
Sobre las armas secuestradas en su casa y en la de su hija –una 9 milímetros y municiones, un revolver 357 y otro 38, municiones y una picana–, Mallo dijo que en ese momento no tenía los papeles pero que aseguró “están en regla”.
La picana me la regalaron, la uso por seguridad. Es como un gas pimienta, como un magiclick. Pregunten en las armerías y en los puestos de Once”.