La apuesta a una relación madura con el Gobierno
El primer sondeo a Sergio Massa para sumarlo al viaje a Davos se remonta a casi un mes atrás, cuando el 13 de diciembre los ex rivales visitaron al flamante presidente Mauricio Macri en la Casa Rosada. Y el viernes pasado, Marcos Peña, el jefe de Gabinete, volvió a preguntarle al tigrense si seguía dispuesto. La respuesta fue afirmativa.
Macri ya ha viajado como alcalde al Foro de Davos, meca de los líderes políticos y del mundo financiero y empresarial; Néstor y Cristina Kirchner renegaron de ese espacio del mundo capitalista globalizado. El gesto es por partida doble: vuelve ahora la Argentina con su nuevo presidente, y acompañado por un líder opositor, -Massa-, otra muestra de los nuevos tiempos que corren en ese alejado país de Messi y de los gauchos que figura sólo excepcionalmente en las principales noticias internacionales de Europa y los Estados Unidos.
“Vamos a ir a conseguir inversiones para el país. Cada ámbito donde esto pueda hacerse la Argentina debe estar presente. Acá somos hinchas de Boca o Tigre pero al salir tenemos todos que tener puesta la camiseta argentina. El camino no es obstruir, sino proponer”, le dijo Massa a Clarín.
Para el líder del Frente Renovador, es posible “una relación madura de gobierno y oposición”. Para aceptar la invitación, afirma haberlo consultado con los principales referentes de su espacio: su socio político, José Manuel de la Sota y su mano derecha el senador Carlos Caserio; Roberto Lavagna, la diputada Graciela Camaño, su ex vice el intendente salteño Gustavo Sáenz.
Lo dice Massa, y también el Gobierno: allí está “la oposición constructiva, responsable”. Ese es el rol que quiere tener el tigrense en esta etapa, con beneficios mutuos. Y siempre “sin perder la identidad” opositora. En ese sentido tejió acuerdos “de gobernabilidad” en la Provincia, donde el renovador Jorge Sarghini preside la Cámara de Diputados bonaerense. Ayer mismo, Massa respaldó la decisión de la vice Gabriela Michetti de voltear más de 2 mil cargos del Senado porque “a los ñoquis hay que echarlos” (había sido su promesa durante la campaña “echar a los ñoquis de La Cámpora”). En otros rubros, el massismo marcó diferencias y no se sumó, por ejemplo, al “acuerdo parlamentario” para birlarle al kirchnerismo un representante en el Consejo de la Magistratura, un tema que se judicializó. Massa apoyó también la intervención en la AFSCA, pero ante tanto DNU reclamó al Gobierno “debate legislativo”.
¿ Y en Davos?, se le pregunta. Massa afirma que acompañará la agenda que el Presidente lleve a los empresarios, y aprovechará “los ratos libres” para hablar de las propuestas que el FR/UNA llevará al Parlamento cuando se inicien las sesiones ordinarias en marzo.