Los Nachos meten presión
Lo del volante de Gimnasia se podría concretar hoy, pero por el 9 de Newell’s hay diferencias conómicas.
Entre las variadas definiciones que el diccionario brinda sobre la palabra presión hay una que dice: “Influencia ejercida sobre una persona para condicionar sus actos o comportamientos”. Quizá, esa frase sea la que más se ajuste al significado que se le pueden dar a las palabras de Ignacio Fernández e Ignacio Scocco. Los Nachos emitieron mensajes hacia los dirigentes de sus equipos, Gimnasia y Newell’s, respectivamente, con un mismo deseo: quieren vestir la
banda roja. Y a través de sus palabras metieron presión para que el desenlace sea con el final esperado
por ellos. Fernández ya se prueba la camiseta de River, mientras que Scocco aún tiene que esperar.
“No me interesa la oferta de Botafogo. Quiero jugar en River. No pienso en un ‘no’. Los dirigentes lo prometieron y me dijeron que se va a dar el pase. Es una oportunidad única. Estoy con muchas ganas”, aseguró con claridad Fernández. Hoy, los Reyes Magos le traerían el regalo más esperado. Es que habrá una reunión definitoria en Núñez entre las dirigencias de River y de Gimnasia. Según pudo averiguar Clarín, el último ofrecimiento formal que le llegó al club platense es de 2 millones de dólares por el 80% de la ficha del jugador. Sin embargo, River ofrecerá entre 400 o 500 mil dólares más para que la diferencia se achique y el pase se concrete. Otro tema a resolver es el del gasto impositivo pero si River estira el dinero ofrecido no habría inconvenientes. “Yo creo que se va a solucionar todo y el 10 (inicio de la pretemporada) espero estar en River. Estoy contento y ansioso. Me pone orgulloso que un club muy grande se fije en mí”, agregó Fernández. Hoy, lo más probable es que su sueño se haga realidad.
Por su parte, Scocco, el atacante que quiere Marcelo Gallardo, también metió presión. No lo hizo públicamente pero sí en una charla privada con los dirigentes de Newell’s. “Quiero jugar en River”, les dijo el centrodelantero. Lo mismo le habría comentado al entrenador Lucas Bernardi. Todavía hay diferencias económicas pero lo que traba la negociación es el temor de los dirigentes del club rosarino al costo político que pueda causarle la partida de un jugador muy querido por el hincha Leproso.