Messi, imparable: dos goles y dos asistencias
En la antesala del Balón de Oro, marcó dos goles y dio dos asistencias en el 4-1 frente a Espanyol, por la Copa del Rey.
Fue 4-1 al Espanyol por la Copa del Rey. Ahora va por el Balón de Oro.
Había cuentas pendientes y se notó en los chispazos que hubo sobre el césped del Camp Nou y camino a los vestuarios, una vez consumado otro concierto de Lionel Messi. El 4-1 del Barcelona ante Espanyol, en el derbi catalán, fue el segundo de una trilogía que arrancó el sábado, con un 0-0 en Cornellá-El Prat que había visto cómo la dura marca del equipo Periquito le ponía freno a la opulencia Culé. Esta vez, con un árbitro menos contemplativo que José Luis González González, Barcelona dejó encaminada la serie de octavos de final de la Copa del Rey frente a Espanyol, cuya revancha se disputará el próximo miércoles. Messi fue el rey del día de Reyes, con dos goles (uno, de tiro libre, maravilloso) y dos asistencias, y hasta se llevó el recuerdo de los tapones del arquero rival, Pau López, que lo pisó en tobillo derecho sin que lo viera el referí Juan Martínez Munuera. Así de áspero se jugó.
A días de ser gran protagonista de la gala del Balón de Oro de la FIFA, que se entregará este lunes en Zurich, Leo (está ternado con Cristiano Ronaldo y Andrés Iniesta) no para de acumular méritos para quedarse por quinta vez con el título de mejor jugador del mundo. Tanto que ayer se disparó un tuit en la cuenta oficial de la FIFA en el que ya lo daban ganador del Balón de Oro, pero sólo estuvo unos pocos minutos en el aire; pareció ser un error temporal, nada más, no de información...
El argentino salió a jugar con una energía distinta. Le habían mojado la oreja el sábado con la marca rígida del Espanyol y, se sabe, nada peor que encontrarte a Messi con sed de revancha. Un error había puesto a la visita en ventaja en el arranque del partido (pelota perdida en ataque por Dani Alves, contraataque voraz que definió el ecuatoriano Felipe Caicedo frente a las indecisiones de Piqué y Mascherano). De inmediato, Messi empató tras haber recibido una asistencia-estiletazo de Iniesta y, antes del final del primer tiempo, clavó un tiro libre. Era su gol 241 en misma cantidad de partidos en el Camp Nou, un dato llamativo en el arsenal estadístico que siempre hay alrededor de un futbolista empeñado en destruir récords. Además, igualó la marca de 19 goles de tiro libre que tenía Ronaldinho. Y llegó a 427 gritos en el Barça.
En el segundo tiempo, se dedicó a regalar asistencias. La primera para Piqué, que entró como 9 al área para empujar un centro, y la restante para Neymar, quien anotó tras cuatro partidos de sequía.
El encuentro había sido caliente, tanto que Espanyol terminó con dos expulsados y siete amonestados, y fue la primera vez que Messi, Luis Suárez y Neymar vieron la amarilla en un mismo partido. Y el correlato de la violencia, expresada principalmente en los jugadores visitantes, se reflejó también camino al vestuario tras el juego. Allí, y según consta en el acta del árbitro, Suárez (había sido insultado por el senegalés Diop, uno de los expulsados) aguardó a los rivales al grito de “los estoy esperando, vengan, son un desecho”. Y se armó una trifulca en la que también participó Piqué. El defensor, ya ante la prensa, le puso más leña al fuego de cara a la revancha: “Ojalá que llenen la cancha”, se mofó del Espanyol.
En otros resultados de ayer en la ida de octavos de final, Athletic de Bilbao venció 3-2 a Villarreal (perdía 2-0), La Coruña empató 1-1 en su visita al Mirandés (Segunda División), Sevilla derrotó 2-0 al Betis en el derbi andaluz, y Atlético de Madrid igualó 1-1 en Vallecas contra el Rayo. Hoy juegan Cadiz-Celta y Eibar-Las Palmas.