Ahora se viene lo peor
La altura ya provocó dolores de cabeza en algunos pilotos. Sebastian Loeb sigue al frente con Peugeot.
“Y todavía no vino lo peor...”
La frase repetidamente escuchada en el campamento de San Salvador de Jujuy, donde otra vez recaló el Dakar como cierre de su cuarta etapa, dio a entender que pese a las mayores exigencias y durezas planteadas por esta jornada tipo Maratón, en la que no se permitieron las asistencias de los equipos en el campamento, todavía queda mucho por enfrentar para hombres y vehículos. Y todo pinta que será muy bravo.
Igual no fue una etapa sencilla la que ayer salió temprano y llegó por la tarde a la capital jujeña, con una buena convocatoria de público. El recorrido comenzó a trepar y llegó a los 4.000 metros sobre el nivel del mar, provocando las primeras consecuencias: dolores de cabeza a varios pilotos.
Tambien los motociclistas volvieron a dar el gran susto. “Pensé lo peor al ver que tardaba en reaccionar”, contó la española Laia Sanz, que se bajó de su moto al ver tirado inconsciente al francés Pierre Renet. Por suerte el piloto reaccionó y fue derivado a un hospital de Jujuy con un fuerte traumatismo craneano y en estado reservado. Renet, de 31 años, debutaba en el Dakar.
“Ahora empieza el Dakar de verdad”, fue otra frase que revoloteó en un campamento con una elevada sensación térmica y con la permanente tensión de nuevas lluvias. Ese “Dakar de verdad” que dicen que empieza hoy se planteará en el camino al destino final en la boliviana ciudad de Uyuni. Así estará el desafío de llegar al techo de este Dakar 2016, con los casi 5.000 metros de altura que habrá en algunos tramos.
A esto se sumarán las pronosticadas lluvias y bajas temperaturas. El año pasado, todos estos contratiempos climáticos provocaron hasta alucinaciones en algunos pilotos, especialmente en los motociclistas, como siempre los más expuestos a los riesgos.
La mayor altura también propondrá un desafío extra a los motores. “Si en los 4.000 metros de hoy (por ayer), mi Mini parecía un carrito de niños, no quiero pensar lo que pasará en Bolivia”, fue el sombrío pronóstico de Nani Roma a Clarín.
La queja del español fue avalada por su compañero Orly Terranova, con otra especial comparación para reflejar la potencia perdida por su auto en la altura. “Parecía el coche de mi mamá”, acotó con humor Orly, quien con su 15° lugar sólo es superado por Emiliano Spataro (12º) entre los argentinos.
¿Y que pasará con los dominadores Peugeot frente a estas mayores exigencias de la carrera? Es otra pregunta que rondó tras el tercer día de liderazgo consecutivo de la marca francesa, que ya dejó de ser sorpresa para convertirse en una seria amenaza para terminar con el reinado de los Mini.
Ayer lo confirmó con un contundente 1-2-3 con Stephane Peterhansel, Carlos Sainz y Sebastien Loeb. La general sigue encabezada por Loeb, escoltado por Peterhansel, el mismo que ayer, al preguntársele qué había que hacerle a su Peugeot, contestó con una sonrisa y un: “Simplemente limpiarle el parabrisas”.