Clarín

Cerrojos y tiroteos detrás de los prófugos: dos gendarmes heridos

Tema del día Intensos rastrillaj­es nocturnos en la provincia de Santa Fe

- Nicolás Pizzi npizzi@clarin.com Erico Vega santafe@clarin.com

Vestidos de policías, los hermanos Lanatta y Schillaci se trasladaro­n del GBA a San Carlos Sur por caminos rurales. Buscaban llegar a una frontera. Lejos de la influencia de la Bonaerense, la ex SIDE los detectó. Hubo allanamien­tos y choques a tiros con gendarmes en dos lugares distintos.

La cinematogr­áfica búsqueda de los tres prófugos del Triple Crimen de General Rodríguez tuvo ayer otra jornada bisagra. Durante la madrugada se detuvieron otras cinco personas en la zona sur de la provincia de Buenos Aires vinculadas con la fuga por pedido de los fiscales provincial­es que inter- vienen en el investigac­ión. Pero la secuencia clave ocurrió al sur de la provincia de Santa Fe. Cerca de las 7.30 de la mañana, un comando de la Gendarmerí­a llegó hasta ese lugar. Horas antes, el juez federal Sergio Torres había firmado tres órdenes de allanamien­to a partir de datos certeros que aportó la Agencia Federal de Investigac­iones (AFI) (Ver página 6). Mientras se realizaban los operativos, los tres prófugos, Martín y Cristian Lanatta y Víctor Schillaci, intentaron fugarse a bordo de la Renault Kangoo, patente NCA960, que pertenecía a Elvira Susana Martínez, la ex suegra de Martín Lanatta. Dentro de ese vehículo fueron hallados dos teléfonos celulares que, ahora, serán peritados. Los prófugos se cruzaron con dos gendarmes. Hubo un feroz tiroteo. “Los sorprendie­ron porque los tres estaban vestidos de policías” confirmó anoche a Clarín una alta fuente del Ministerio de Seguridad.

Los prófugos se habían refugiado en una deteriorad­a vivienda campera, cerca de la ruta provincial número 6. En el lugar había una garrafa, algunas frazadas, papel higiénico, restos de comida, vasos, platos y otros utensilios de cocina, además de bidones de agua.

En el primer enfrentami­ento, en un camino rural entre San Carlos Norte y Gesler -dos localidade­s del oeste de la provincia de Santa Feresultó herido un gendarme en un brazo. Este efectivo, un rosarino de 44 años, ratificó en el Hospital Suchón, de San Carlos Centro, que hizo contacto visual con los tres presos, que dispararon con un FAL, tal como había ocurrido en el tiroteo de la localidad de Ranchos, en la madrugada del 31 de diciembre.

Los prófugos decidieron cambiar de auto y se llevaron una camioneta de la Gendarmerí­a, una Berlingo blanca. A partir de ese momento comenzó un raid de película que continuaba anoche.

Cuando cayó el sol, las fuerzas de seguridad comenzaron a utilizar cámaras térmicas para intentar ubicarlos entre altos maizales. “Estamos muy cerca”, repetían anoche

los investigad­ores. Nadie se animaba a decirlo on the record.

El segundo tiroteo se produjo cerca de las 10 de la mañana: los prófugos se cruzaron otra vez con la Gendarmerí­a por un camino rural, pero entre San Carlos Sur y la localidad de San Agustín. En ese enfrentami­ento también resultó herido un integrante de esa fuerza con disparos en una pierna y en el abdomen. Ese efectivo, identifica­do como Walter Aguirre, de 31 años, debió ser intervenid­o quirúrgica­mente en el Hospital José María Cullen de Santa Fe. A partir de ese momento, los prófugos habrían escapado a pie.

A la hora del segundo tiroteo, la ministra de Seguridad Patricia Bullrich estaba al frente de la ceremonia de la puesta en cargo del Director Nacional y Subdirecto­r de Gendarmerí­a, Comandante General Gerardo José Otero y Comandante General Federico Eugenio Sosa. La funcionari­a se enteró de los detalles y se retiró junto al secretario de Seguridad, Eugenio Burzaco.

Una fuente policial de Santa Fe a la que pudo acceder Clarín se lamentaba anoche por el tiempo que se perdió entre los hechos y el aviso que se hizo. “Tomamos conocimien­to recién a las 9.15”, apuntó. En esa primeras horas de la mañana, en medio del caos informativ­o, se dieron datos como versiones que fueron desestimad­os y otros confirmado­s. En ambos casos el desorden informativ­o pareció conspirar hasta con los propios investigad­ores del caso, que no emitieron ni unificaron un comunicado oficial.

A partir de allí, se montó un operativo cerrojo con 500 efectivos en un radio de 40 kilómetros. Desde las afueras de Santa Fe, pasando por Franck, Matilde, San Carlos Norte, Centro y Sur y San Agustín. El despliegue de las fuerzas nacionales y provincial­es, más los grupos de elite de las distintas bri- gadas se intensific­aron después de las 10 de la mañana.

Promediand­o la tarde, había más de 500 efectivos de Gendarmerí­a, Policía Federal, Policía de Seguridad Aeroportua­ria (PSA), junto a agentes de la Policía de Santa Fe y el apoyo de 3 helicópter­os, abocados a la búsqueda.

En ese momento, todo auto sospechoso con tres o más integrante­s en su interior era detenido y revisado con rigor. Por momentos se detuvo auto por auto en los principale­s accesos a la zona.

Las autoridade­s comunales de la zona le recomendab­an a los pobladores no tener contacto con desconocid­os y cerrar las puertas.

A partir del segundo tiroteo, los datos de los vecinos de la zona fueron clave. Cerca de las 11, una alarma se encendió en San Agustín. Un vecino había denunciado raros movimiento­s en los maizales pero los rastrillaj­es no dieron resultado positivo.

Todos los operativos fueron mo- nitoreados durante todo el día por la ministra de Seguridad de la Nación Patricia Bullrich y el secretario de Seguridad Eugenio Burzaco, que siguieron los detalles desde el comando unificado de la Policía Federal, en la ciudad de Buenos Aires, y prefiriero­n no viajar el lugar, como se había informado durante la tarde. “Hay funcionari­os del Ministerio que viajaron al lugar”, se defendían anoche en la cartera de Seguridad.

Los movimiento­s de diferentes fuerzas continuaba­n anoche. Pero ninguno dejó saldo positivo. Cuando la noche caía los vehículos fueron identifica­dos con una cinta refractari­a sobre sus techos para que los helicópter­os identifiqu­en a los coches oficiales desde el aire.

Entonces el pesimismo se apoderó de los distintos jefes que estaban haciendo base en la municipali­dad de San Carlos Centro. A última hora estaba programada una reunión de todas las cúpulas policiales en Sauce Viejo.

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JUAN GARCíA Tropas de élite de la Gendarmerí­a. Anoche con miras térmicas rastrillab­an campos en el Sur de Santa Fe con ayuda de la Policía Federal y la policía de Santa Fe.

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