Pragmatismo, tras diez años de una tensa relación
Bajo el soleado mediodía de ayer, en la coqueta estancia de Anchorena, Mauricio Macri y Tabaré Vázquez hicieron una pausa a sus sismos domésticos y pusieron de manifiesto que la hora del pragmatismo ha llegado para imponerse entre dos países afectados por las promesas de una asumida pero herida hermandad latinoamericana y los caprichos personales de sus representantes.
Así, el argentino como el uruguayo se llevaron lo que buscaban. Bastaba ver la foto en la que Ma- cri recibió un efusivo abrazo y un gesto de sólida amistad de quien durante la campaña electoral recibió en Montevideo al candidato kirchnerista Daniel Scioli.
Ninguno habla ya de ello. Ahora, comparten el poder, y ayer buscaron hacer de su bilateral un encuentro de caballeros. Los uruguayos prometían “sorpresas” en la víspera de la visita. Finalmente, su propuesta de trabajar justos pa- ra que los dos países sean sede del Mundial 2030 la anunciaron en la conferencia de prensa.
Canales de navegabilidad y puertos, conectividad aérea, planta gasificadora, y monitoreo ambiental de los ríos donde se levantan industrias pasteras. Estos conceptos dieron vuelta ayer en la reunión presidencial. Así, la fallida relación que intentaron Néstor Kirchner y Tabaré Vázquez hace diez años pasó a ser sólo un capítulo amargo de la historia bilateral. Esta tuvo su momento álgido con el conflicto pastero - aunque no el único- y que hay que decir, tuvo un alto componente de pelea personal entre Kirchner y Tabaré.
Pero para Vázquez ayer hubo más. Macri fijó una agenda 180 grados distinta a la de Cristina Kirchner. Por empezar, el nuevo gobierno argentino dejó sin efecto un decreto de la ex presidente que prohibió los transbordos marítimos en países como Uruguay. Ello generaba un brutal enojo de los vecinos que hasta lo denunciaron en el Mercosur, como en su momento también lo hicieron por los bloqueos de puentes de los asambleistas de Entre Ríos.
Hay no pocos ejemplos de que los uruguayos siempre recurrieron a la misma estrategia en política exterior cuando enfrentaban problemas con Argentina: buscaron el apoyo de Brasil, y Estados Unidos. Ahora, además de un Macri que busca descomprimir diez años de tensiones, encuentra también un aliado en su búsqueda de flexibilizar la región hacia el norte.