Seúl responde con propaganda tras la prueba nuclear norcoreana
En respuesta al último ensayo nuclear de Pyongyang, Corea del Sur anunció ayer que retomará la emisión de propaganda transfronteriza, considerada un acto de guerra por Corea del Norte. Seúl iniciará también conversaciones con Washington que podrían terminar con el despliegue de aviones y submarinos nucleares estadounidenses en la península de Corea.
Desde Seúl a Washington, pasando por Beijing y Naciones Unidas, las potencias mundiales buscan vías para sancionar a Pyongyang por probar lo que presentaron como una nueva y potente bomba de hidrógeno.
Las emisiones propagandísticas del Sur, que comenzarán hoy, seguramente enfurecerán al autoritario gobierno de Pyongyang, porque buscan hacer que los norcoreanos se cuestionen la infalibilidad de la gobernante familia Kim. Seúl detuvo una campaña similar a finales de agosto tras acordar con el Norte un paquete de medidas destinadas a rebajar las hostilidades entre los dos vecinos y evitar así el conflicto.
En tanto, Estados Unidos y dos de sus principales aliados en Asia, Japón y Corea del Sur, unirán esfuerzos para obtener una reacción internacional firme y exhaustiva ante el cuarto ensayo nuclear norcoreano, prometieron ayer.
El presidente de Estados Unidos, Barack Obama, habló con su homóloga surcoreana, Park Geun-Hye, y con el primer ministro de Japón, Shinzo Abe, dijo la Casa Blanca en un comunicado. Explicó que los países “acordaron trabajar juntos para forjar una respuesta internacional unida y fuerte ante el reciente comportamiento imprudente de Corea del Norte”.
Poco antes, el Consejo de Seguridad de la ONU se había reunido de urgencia en la que prometió aumentar y endurecer las sanciones que ya pesan contra Corea del Norte, tras sus ensayos anteriores (2006, 2009 y 2013).
Los 15 países miembros –incluida China, única aliada de peso de Pyongyang– anunciaron “medidas suplementarias significativas” que serán incluidas en una nueva resolución, aunque esta llegará tras varios días de negociaciones.
Mientras, los expertos tratan de descubrir más detalles sobre la detonación que generó escepticismo y condenas en todo el mundo.